Orden Artiodactyla
Familia Bovidae
Especie Syncerus caffer (Sparrman, 1779)
Variación. Dos subespecies, el búfalo negro, cafre o de El Cabo, Syncerus caffer caffer, y el de bosque, Syncerus caffer nanus. Este último es de menor talla, color más claro y cuernos menos potentes, sin los característicos cascos frontales. Hay poblaciones con caracteres intermedios.
Nombres comunes:
Portugués, Búfalo africano
Inglés, African Buffalo
Francés, Le Buffle d’Afrique
Alemán, Kafernbüffel
Swahili, Mbogo, Nyati
Afrikáans, Buffel
Medidas máximas (machos de El Cabo, las hembras son mucho menores):
Altura a la cruz = 165cm
Longitud total 440cm
Longitud de la cola = 80cm
Peso = 800Kg
Dos subespecies muy distintas. El búfalo negro o cafre es mucho más grande que el selvático, tiene la cornamenta muy desarrollada formando el típico casco en los machos y es de color oscuro, casi negro. El selvático, en cambio, es de color castaño, más ligero y con la cornamenta pequeña. Hay zonas donde los caracteres son intermedios y hay búfalos negros mucho más gráciles que los típicos de la variedad cafre.
Comportamiento, en función del hábitat. También diferencia a las dos subespecies. El selvático forma grupos pequeños, de menos de 20 ejemplares, más adecuados para moverse entre la espesura sin perder el contacto. Los grupos de cafres son más numerosos y, además, se suelen juntar varios rebaños formando grandes manadas de centenares de individuos.
Se alimentan de hierba. Fundamentalmente herbívoros, les gusta especialmente las típicas plantas pantanosas de orillas de río y lagunas. Los ejemplares más viejos apenas se separan del agua.
El club de los solteros. Es muy propio de los grandes bóvidos. Los machos se separan de las manadas y hacen grupos aparte. Los más viejos se aislan aún más y solo coinciden con sus vecinos en su diario deambular hasta el agua. Se saben defender de sus enemigos con ardor y eso les ha dado fama entre los cazadores.
Las hembras dirigen los rebaños, que están formados por ellas con sus crías y algunos machos jóvenes. Cuando les ataca un depredador no hacen las formaciones defensivas características de otros grandes bóvidos. Las hembras tienen más tendencia a la huida, junto a sus becerros, mientras que los machos son más propensos al enfrentamiento. Entre ellos se dan casos de defensa cooperativa y ayuda para expulsar a los depredadores del territorio, incluso atacan a los leones.
Los leones pueden cazar al búfalo gracias a su organización, tanto para separar a una cría o ejemplar débil del resto de la manada, como para inmovilizarle y darle el mordisco mortal. A diferencia de otros animales, que mueren por un desgarro en el cuello, a los búfalos los tienen que matar por ahogamiento haciendo presa en el hocico mientras que otras leonas atacan los flancos o el lomo.
Los leopardos raramente atacan al búfalo y en todo caso sería a una cría momentáneamente aislada del resto. En cambio las hienas gracias a su constancia y ataque en grupo sí que pueden atacar a las hembras con crías. Son especialmente sensibles al nacer los terneros, pues se sienten atraídas por los olores de la placenta y líquido amniótico.
Variación entre los búfalos. Se han mencionado hasta cinco variedades debido a las diferencia entre sus cornamentas y talla, pero solo dos son válidas: el de selva y el cafre.
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