jueves, 18 de octubre de 2018

El hinojo y sus insectos (1). La mariposa Papilio machaon


En mi particular cruzada por fomentar la diversidad de los insectos y otros animales que acuden a mi jardín, el año pasado planté dos matas de hinojo, Foeniculum vulgare, en un rincón soleado. Fundamentalmente, todo hay que decirlo, porque sabiendo que es una de las plantas nutricias de la preciosa mariposa Papilio machaon, tenía la nada secreta intención de favorecer que esa especie llegase y criase en ellas... y que yo pudiese observar su ciclo vital. Igualmente, se puede disfrutar del aroma del hinojo, lo que unido a las otras aromáticas hace que la experiencia de pasear por el jardín sea más “multisensorial”, que está de moda.

Las plantas de hinojo en mi jardín.
El año pasado no lo conseguí. Fue un año muy raro para los insectos y lo achaco a eso. También puede que influyese que las plantas aún eran algo pequeñas. Los hinojos forman una gruesa roseta basal enterrada, que parece un bulbo, aunque no lo es hablando en propiedad, y aunque la parte aérea se seque a finales de verano o congele en invierno, ese falso bulbo crecerá durante el buen tiempo y hará que la planta sea más robusta al siguiente año. Esa especie de bulbos, por cierto, se venden en las fruterías, pero creo que al tener cortada la raíz no crecen si las plantamos, así que es mejor comprar plantas de maceta o intentarlo con semillas.
A pesar de todo, aun sin las mariposas criando, me consolé con que los ramilletes de pequeñas y amarillas flores fueran punto de alimentación y cortejo de otras numerosas especies de insectos y arañas.

Las flores de hinojo con diversas especies de insectos que se sienten atraídos por su aroma y néctar.
Por el contrario, otras dos plantitas que pusimos en el Jardín de Mariposas de Miraflores de la Sierra, se desarrollaron mucho más y sí que sirvieron para que allí criasen las papilios. Quizás llegasen más fácilmente allí las hembras ponedoras al estar aquello en un entorno más natural que mi jardín, que está entre urbanizaciones.
Pero este año sí que han venido y criado varias generaciones de bellas mariposas y en esta serie dedicada al hinojo empiezo con esa emblemática especie.

Adulto, o imago como dicen los entomólogos, de Papilio machaon.
Antes de seguir, debo advertir que Papilio machaon también cría sobre otras plantas, umbelíferas y rutáceas, como Ruta montana, entre otras, pero esa planta no la he encontrado aún en los viveros.
Varias veces, a principios de primavera, vi volar las mariposas alrededor de los hinojos del jardín, pero siempre estaba atareado con otras cuestiones y sin tener la cámara a mano. Y, como suele ocurrir, cuando salía con la cámara las mariposas no aparecían. De hecho, la foto anterior está hecha en otro lugar. No me han dado opción de retratarlas en casa.

En estas fotos, que me ha cedido amablemente Teresa Ajenjo (gracias), puede verse en el hinojo de Miraflores un huevo de Papilio y una larva que ha realizado su primera muda.
Después de mucho mirar y remirar no descubrí los huevos, cosa que sí hice en Miraflores. Sin embargo, al poco encontré las pequeñas orugas también en mi jardín.

Oruga al poco de eclosionar, en una foto a muy gran aumento.
La luz del flash le da un tono marrón, pero a simple vista parecen casi negras.
Las orugas de papilio nacen con una coloración y aspecto diferente a la que tienen cuando están más crecidas, empiezan siendo casi negras con una mancha más clara en el centro del cuerpo y teniendo pelillos dorsales y laterales en sus segmentos. Recuerdan, en cierto modo, a los excrementos de lagartijas y salamanquesas que quedan sobre las paredes, pero son demasiado pequeñas para confundirlas con los de pájaro. Lo primero que hacen nada más nacer es comerse la cáscara y restos del huevo. No mucho después mudan la piel por primera vez.


Al crecer pronto se aclaran y adquieren el bonito diseño de las orugas grandes. Parece que ese diseño y colorido tan llamativo debería hacerlas muy visibles, pero no es así, de alguna manera logran camuflarse entre el juego de luces, sombras, hojas divididas y tallos y, aun sabiendo que ahí están, hay días que no lograba verlas y al día siguiente las descubría delante de mis narices. 

Larva pequeña, ya con su coloración definitiva pero con los pelillos que desaparecerán más adelante.

He visto que en primavera y principios de verano, cuando la planta está más verde, ellas también son de tono más verdoso, pero al irse secando los tallos que ya han dado semillas, también empiezan a tomar un color más blanquecino y amarillento.

Larva ya muy grande.

Las orugas durante el día suelen estar bastante quietas, a veces medio escondidas en las axilas de las hojas del hinojo, que tienen un hueco bastante grande. Por la noche las he visto más activas y comiendo. Es un recurso para defenderse no sólo de los pájaros, sino también de las avispas parásitas, que son diurnas y pueden acudir a poner sus huevos en ellas. E igualmente las avispas cazadoras de orugas.

Como puede verse, las larvas grandes ya no tienen los pelillos de las más pequeñas.

Pero para defenderse las orugas de esta familia, y en particular esta especie, tienen otro sistema: El osmaterio. Este es un órgano bulboso y bifurcado que saca entre los pliegues de la cabeza. Por sus extremos expulsa una sustancia maloliente, con el objeto de disuadir a sus enemigos de atacarla. 

Oruga con el osmaterio evaginado y un goterón regurgitado de parte de su último alimento.

Como la molesté más de lo recomendable, para poder ver y mostrar este asunto (perdón oruguilla), no se conformó con eso, sino que también regurgitó parte de su comida… que no tuvo inconveniente en volver a tragar, dicho sea de paso, en cuanto la dejé tranquila.

En esta foto no solamente puede verse el osmaterio, también se ven los ocelos, es decir, los ojos simples de las orugas, en la parte izquierda de la foto. Cuando sea mariposa tendrá unos grandes ojos compuestos.
En las fotos puede verse el aspecto del osmaterio y en el vídeo cómo lo proyecta al exterior. Os aseguro que mi dedo quedó bastante apestado, me costó varios lavados de manos y la sensación de que todavía estaba presente el tufillo una hora después.




Cuando la oruga ya es bastante grande aprecio que comienza a estar más inmóvil de lo normal y que la parte anterior de su cuerpo, lo que se corresponde con el tórax e inicio del abdomen, se empieza a ensanchar. En varios casos he intentado seguir su evolución para encontrar la pupa, pero no lo he conseguido. Puedo asegurar que no se ha quedado en la propia planta de hinojo. Creo por la noche se han trasladado a unas ramas de hiedra cercana, donde hay mucha densidad de hojas. No he podido, por tanto, fotografiarla, mucho menos la mariposa en el momento de emerger. Sí he visto a las jóvenes mariposas revoloteando en el jardín… cuando estaba ocupado haciendo otras cosas como me ocurrió con sus madres. Podía haberlas metido en un terrario o simple caja hasta que formasen la crisálida ante mi vista, pero eso no va con mi forma de hacer las cosas.
Papilio machaon puede tener varias generaciones al año, en número variable según el clima. Pero no son claramente diferenciables como ocurre con otras especies, las sucesivas generaciones se solapan en el tiempo y así, en una misma planta encontraremos orugas de varias edades y tamaños. En casa es posible que hayan sido tres o cuatro. Finalmente, la última generación del verano pasará el otoño e invierno en forma de pupa para emerger a la siguiente primavera como mariposas, así que allí estarán, escondidas, sujetas en un tallo en algún rincón del jardín, esperando al año que viene a ver qué nuevas plantas les voy a proporcionar... Espero no defraudarlas.