jueves, 21 de septiembre de 2017

Aves de Terceira, Azores, y sus endemismos.

Como islas volcánicas que nunca han estado comunicadas con el continente y están muy alejadas de él, ya vimos que las Azores no tienen ni anfibios ni reptiles autóctonos. Igualmente los únicos mamíferos que han llegado por sí mismos a las islas son los murciélagos, que lo han podido hacer volando.
De la misma manera las aves pueden llegar a las islas, establecerse en ellas e incluso evolucionar hasta ser subespecies diferentes a las continentales. Otro asunto son las especies migradoras que al no estar aisladas no están afectadas por la deriva genética de las pequeñas poblaciones.
Las aves marinas utilizan las islas para descansar en sus viajes y algunas también para reproducirse, en algunos casos después de haber estado todo el resto del año en el mar abierto.

Ese es el caso de la pardela cenicienta Calonectris diomedea borealis, que es la subespecie atlántica, diferente a la del Mediterráneo. Pude observarla desde el barco que nos llevó a ver cetáceos, de otra manera hubiese sido imposible conseguir las siguientes fotos.
Pardela cenicienta, Calonectris diomedea borealis 
Más homogénea en sus poblaciones es la gaviota patiamarilla, Larus michahellis, aunque a algunos aún nos cuesta no decir argéntea. El grupo de la siguiente foto estaba en una laguna artificial de agua dulce y era evidente que estaban aprovechando el baño para limpiarse el plumaje.
Gaviota patiamarilla, Larus michahellis
En la costa el ave acuática que más veces vimos fue el charrán común, Sterna hirundo, que pescaba incansablemente pequeños peces cerca de la orilla.
       
Charrán común, Sterna hirundo 
Pasando ya a las aves terrestres, en Azores hay una subespecie propia de paloma torcaz, Columba palumbus azorica y en Terceira la pudimos observar en varios sitios, casi siempre en zonas forestales.
Paloma torcaz de azores, Columba palumbus azorica
Pero la que estaba en todas partes, desde los puertos y pueblos hasta en los acantilados, era la paloma bravía o doméstica, Columba livia, que ha sido introducida y es una verdadera invasora. El diseño más abundante es el que aparece en la foto siguiente y no el característico de las poblaciones silvestres del continente, con dos bandas alares. Pero las hay de todos los colores y diseños, como corresponde a su origen doméstico.
Paloma bravía, Columba livia
Otra subespecie endémica que pudimos ver fue la lavandera cascadeña, Motacilla cinerea patriciae. 
 Lavandera cascadeña, Motacilla cinerea patriciae
Un endemismo más, el abundante mirlo común, Turdus merula azorensis.
Mirlo de Azores, Turdus merula azorensis 
Algunas aves de las Azores están emparentadas con las de Canarias y el canario, Serinus canaria es una buena muestra de ello. Es una delicia observar a estas aves, que en mis viajes a Canarias no he conseguido ver, volando libres. No son muy diferentes en comportamiento a los verdecillos y verderones que hay en mi jardín, pero tienen ese plus de ser una especie que no tenemos en la Península. Lamentablemente son muy asustadizos y no he podido hacerles una foto a gusto en el poco tiempo disponible en el viaje.  
 Canario, Serinus canaria
Por el contrario, los pinzones son bastante "sinvergüenzas" y además de estar en todas partes, no dudan en acercarse a la gente en las zonas turísticas, donde consiguen con su belleza y simpatía alguna que otra golosina en forma de migas de pan o frutos secos. También son endémicos y se diferencian bien de los ibéricos. Su nombre: Fringilla coelebs moreletti.
 Pinzón de Azores, Fringilla coelebs moreletti
La última especie silvestre que pude fotografiar fue el estornino pinto, que también tiene su propia variedad, Sturnus vulgaris granti, en las islas. Parece que es de menor tamaño que la subespecie nominal, propia del sur de Europa. Solo conseguí hacer foto de unos juveniles menos desconfiados que se habían bañado en un arroyo y estaban tomando el sol en un murete de lava volcánica. 
Jóvenes volantones de estornino pinto, Sturnus vulgaris granti. 
Tuvimos una visión fugaz del ratonero de las Azores, Buteo buteo rothschildi, muy alto y que enseguida se metió tras los árboles y no me dio tiempo ni a sacar la cámara de la bolsa. Una pena, es un ave casi mítica, los descubridores de las islas las llamaron Azores por confundir su nombre con el de los Accipiter gentilis. También vimos fochas y ánades reales, pero a tanta distancia que no conseguí ninguna foto decente. Y, como no, gorriones, otra especie introducida que se encuentra por todas partes.

No me puedo resistir a poner fotos de estos Gallus gallus domesticus de raza portuguesa, aunque sean domésticos. Gallos, gallinas y pollos tienen un diseño que me parece de una belleza propia de animal salvaje.
Gallo, gallina y pollitos de raza portuguesa, Gallus gallus domesticus 
Y como curiosidad, también domésticas, las pintadas, que alguna vez he visto silvestres en África, y que me resultan muy graciosas y vivarachas. Numidia meleagris.
Pintada, Numidia meleagris