jueves, 8 de marzo de 2012

Las avefrías, el arco iris ... y los escarabajos peloteros.


El domingo pasado, el primero del mes de marzo, estaba anunciado que iban a comenzar las esperadas lluvias, que podían aliviarnos un poco esta sequía invernal que estamos padeciendo, nosotros y el campo. Ahora, casi al final de la semana, sabemos que fue una vana ilusión, pues el lunes ya estábamos con el cielo limpio. Pero esa mañana, al levantarme a dar un paseo, el día amenazaba lluvia.


Hacía poco que en casa había comentado que llevábamos años sin ver las avefrías en los prados cercanos. Al principio de vivir en esta zona, hace 14 años, las veíamos todos los inviernos. Hay que reconocer que en estos años se ha alterado mucho el paisaje y que algunos de los espacios abiertos, que les gustan a las avefrías, han desaparecido bajo las urbanizaciones, pero mucho me temo que la meteorología también ha tenido que ver.
Las avefrías no son como otra aves, fieles a un itinerario en su migración. De hecho, algunas no hacen una verdadera migración sino movimientos que los onitólogos han llamado "fugas de tempero", que son desplazamientos de bandadas de aves huyendo de condiciones meteorológicas adversas, como grandes heladas, frío siberiano o frentes polares, que dicen ahora los hombres del tiempo y que antes llamábamos, simplemente, invierno.

Pues me llevé una grata sorpresa, no solo amaneció nublado, sino que un grupo de cerca de un centenar de avefrías estaban en un prado próximo, donde ya las había visto otros años.

Las avefrías, Vanellus vanellus, son unos peculiares representantes de la familia Charadriidae. Además de ser una especie menos ligada a las zonas húmedas, son fáciles de distinguir porque no tienen coloración de camuflaje y sencillas de reconocer frente a otras más parecidas entre sí. Su contrastado diseño, parece blanco y negro de lejos, pero visto de cerca se aprecia una gran riqueza de tonalidades verdosas. Recuerda, en cierto modo, a los brillos de las urracas, aunque en los córvidos el tono es más azulado.

Por cierto, que a pocos metros del bando de avefrías había otro nutrido grupo de estas inteligentes aves. Y también unos cuantos estorninos que acompañaban a estos visitantes invernales rebuscando su alimento en el suelo.
Tengo la impresión, aunque no puedo asegurarlo porque no tuve demasiado tiempo ni me quise acercar a la zona para no asustarlas más, que unas y otras estaban aprovechando la emergencia de escarabajos coprófagos, en esos prados llenos de boñigas de vaca, pues fue otro de los animales que pude ver en un momento en que no muchos insectos están activos.

¿Y aparte de haberlos visto yo, qué otra cosa tienen en común todos estos animales que coinciden en un día en el que el arco iris adornó el cielo?
Pues precisamente el brillo de arco iris sobre su fondo oscuro. No son esos brillos producto de un curioso pigmento, sino de estructuras físicas presentes en las plumas de las aves y en la queratina de los insectos, que hacen que brillen según la luz incida sobre ellos. Es el mismo efecto que hacen las gotas de agua contra el cielo.
Y por último, al hacerle la fotografía de los brillos metálicos de la zona ventral al escarabajo, me encontré que estaba infectado de ácaros, los que he marcado en la foto de detalle dentro de los círculos. Especialmente uno de ellos, el más grande, es sin lugar a dudas una garrapata.
Vacas-boñigas-escarabajos coprófagos-ácaros parásitos-aves insectívoras- ... unos cuantos eslabones de la cadena trófica vistos en apenas unos minutos.
Y el arco iris, pero sin la lluvia que de verdad hacía falta.

De garrapatas y ácaros en general hablé en otra entrada que puede verse pinchando AQUÍ

martes, 21 de febrero de 2012

Los rinocerontes, la codicia y la estupidez humana

Según la información histórica disponible, el primer rinoceronte vivo que llegó a Europa lo hizo por el puerto de Lisboa, el 20 de mayo de 1515. Le llamaban Ganda, pues ese era el nombre que traía de origen. Venía en un barco cargado de especias de Oriente y era un envío del sultán de Cambay al gobernador de Portugal, Alfonso de Alburquerque. Éste, a su vez lo regaló a su Rey, Manuel I, que más tarde lo hizo enviar como regalo al Papa León X.
Pero antes de volver a embarcarlo hacia Roma lo enfrentaron en duelo con un joven elefante. Entonces existía la idea de que estos animales se odiaban y que los rinocerontes "tenían el cuerno hecho para hendirse en el vientre de su enemigo". Ante una multitud ansiosa de ver sangre, como si de un circo romano se tratase, dicen las crónicas que el rinoceronte atacó al elefante, el cual huyó como pudo del enfrentamiento rompiendo una baranda.
Camino de Roma, donde esperaban enfrentarlo a un gran elefante blanco propiedad del pontífice, y después de haber pasado por Marsella, el barco donde viajaba Ganda se hundió en enero de 1516, ahogándose el animal cargado de cadenas.
Curiosamente se decía de él que era un animal manso y apenas podemos hacernos una idea de los sufrimientos que debió padecer en los siete meses que vivió en Lisboa más los correspondientes de sus viajes en barco. Así de triste comenzó la relación entre el mundo "civilizado" y los rinocerontes.
Ese ejemplar es el mismo que Durero dibujó e hizo sus famosos grabados, aunque el genial artista nunca lo llegó a ver y se valió de un boceto previo realizado por otra persona, así como descripciones que lo hacían semejante a una armadura.

Rinoceronte indio, Rhinoceros unicornis, en el Zoo de Madrid.

Casi quinientos años después, los rinocerontes siguen sufriendo por causa de la humanidad. En noviembre del año pasado la subespecie occidental de rinoceronte negro Diceros bicornis longipes, se ha declarado oficialmente extinguida.

Rinoceronte negro, Diceros bicornis, en el Parque Kruger

Todos los rinocerontes están en peligro crítico de extinción, excepto el rinoceronte blanco que se encuentra en menor grado de amenaza gracias a que parte de su distribución está en países como Sudáfrica, donde se encuentra en áreas suficientemente protegidas. Además, para casi todos ellos hay programas de cría en cautividad.

Es tristísimo, no solo que estos animales tengan que estar cautivos por el bien de su supervivencia, sino que a los ejemplares en exhibición les tengan que cortar el cuerno para evitar que sean muertos por los furtivos y ladrones.

También los museos y exposiciones de animales disecados, incluso colecciones particulares de trofeos de caza, están siendo asaltados para cortar y robar los cuernos. Tanto, que muchos museos están sustituyendo los cuernos originales por réplicas, aunque ello no ha evitado el destrozo y el saqueo. En el Museo de la Universidad de Lieja hay un cartel que indica "se exhiben réplicas por culpa de la estupidez humana"
Los ladrones esquivan la seguridad, gasean a los vigilantes e incluso utilizan motosierras ante el pasmado público. Y es que en el mercado negro el cuerno de rinoceronte cotiza más que el oro.

Y toda esta locura ¿Por qué?
Desde la antigüedad los cuernos de los rinocerontes se han utilizado para objetos de lujo con una cierta simbología, como los mangos de dagas orientales. Además existía el mito de que tenían propiedades afrodisíacas. Ahora, habiendo viagra, parecería que su valor debería bajar, pero la codicia humana, combinada con la estupidez, no ha tardado en atribuirle poderes curativos a las más variadas enfermedades. Y mientras haya quien lo compre, y especialmente en China se siga demandando, el negocio está servido.

El cuerno de rinoceronte no es otra cosa que queratina, el mismo material que compone el pelo, las uñas y pezuñas de cualquier otro animal. Si realmente esa queratina tuviese algo especial, que nadie dude de que algún laboratorio farmacéutico lo habría sintetizado. Pero la ignorancia es muy rentable a muchos niveles.

Estas tres últimas fotografías son de rinoceronte blanco,
Ceratotherium simun, en el Zoo de Madrid,
donde se sigue un programa de cría de esta especie y de la especie india.

Los datos históricos sobre Ganda están tomados del libro "El Rinoceronte y el Megaterio, un ensayo de morfología histórica", de Juan Pimentel. Abada Editores, 2010.
Hice otra entrada sobre rinocerontes, puedes verla pinchando AQUÍ

miércoles, 1 de febrero de 2012

¿Por qué salvar los humedales?

Tablas de Daimiel, Ciudad Real

Tanto en la exposición sobre Biodiversidad que hice hace unos años para la Caja de Ahorros del Mediterráneo como en la que ahora estoy preparando para el Museo donde trabajo, incluimos una sección dedicada a las razones por las que hay que conservar la Biodiversidad. A los que estamos tan inmersos en estos temas nos parece mentira que aún haya que explicarlo, pero las noticias diarias nos demuestran que sí, que es necesario.
Y todas las razones que se usan para conservar la Biodiversidad pueden aplicarse a las zona húmedas, así que aprovechando que el 2 de febrero es el Día Mundial de los Humedales, he decidido hacer esta pequeña recopilación.

Marismas del Coto de Doñana, Huelva.

Razones éticas. El que seamos la especie más inteligente del planeta, aunque tenga mis dudas al respecto, no nos da el derecho a extinguir especies ni ecosistemas. Por el contrario, tenemos la responsabilidad de conservarlos para que las generaciones futuras puedan disfrutarlos y tenemos la obligación de respetar a nuestros compañeros de viaje en la nave Tierra. Existe además, un compromiso con la comunidad mundial para proteger las especies migradoras que pasan una parte de su ciclo biológico en nuestros humedales, bien para la reproducción o el refugio invernal.

Salinas de Santa Pola, Alicante.

Razones estéticas. La diferencia entre las Tablas de Daimiel este último año y los secarrales de hace un tiempo hablan por sí mismos. Las puestas de sol, los bosques galería en el entorno de las zonas acuáticas, la belleza de las especies de plantas y animales no solo sirven para nuestro disfrute, sino que son un punto de atracción para el turismo, lo que repercute en las razones económicas que veremos más adelante.

Salinas de Santa Pola, Alicante.

Razones culturales y educativas. Sería imposible entender la obra de autores como Blasco Ibáñez si no se llegase a conservar la Albufera de Valencia, la obra de pintores, la artesanía local de fibras vegetales, por ejemplo. ¿Y qué me decís de la gastronomía? ¿sería posible un buen arroz a la paella? ¿O un caldero? ¿Es posible separar la cultura del ambiente natural en que se desarrolla? Y todo ello ¿no es imprescindible para entender nuestra historia y nuestros orígenes? Los humedales están íntimamente entrelazados con nuestra identidad.

Archibebe común, Tringa totanus.Charcas cerca de la playa de las Catedrales, Ribadeo, Lugo.

Razones económicas. Por si lo anterior no resulta suficiente para duras molleras que solo saben ver la ganancia económica, invitaría a un economista y a un ingeniero a que calculasen el precio de la depuración de agua e incluso de la producción del oxígeno que respiramos. ¿Cuanto puede costar, y está costando, en infraestructuras restaurar el nivel de agua perdido por la explotación irracional de los acuíferos? ¿Que van a producir los suelos totalmente salinizados dentro de unas décadas?
Tritón pigmeo, Triturus pygmaeus. Orilla de charca temporal en Manzanares el Real, Madrid.

Un humedal hermoso y bien conservado es un atractivo para determinado tipo de turismo que bien encauzado es sostenible y muy rentable para los pueblos del entorno. Igual que en África se está demostrando que un elefante vivo aporta muchos más beneficios que el valor de sus colmillos. Lo malo, es que como en África hay furtivos que arrebatan a la naturaleza lo que es de todos. En el entorno de los humedales hay especuladores a los que les importa un carajo que a la larga se arruinen los pueblos del entorno, mientras ellos, en connivencia con políticos corruptos, consiguen ganancias tan rápidas como las del furtivo que vende el marfil. El resultado es el mismo: Se terminan los elefantes y se terminan los beneficios del humedal. Lo que queda es un desierto. El furtivo, el especulador y el político irán a matar a la siguiente "gallineta" de los huevos de oro.
Sapo corredor, Epidalea (Bufo) calamita.
Charca temporal en Manzanares en Colmenar Viejo. Madrid.
Esta especie necesita charcas temporales para reproducirse.

Razones científicas. Aún nos queda mucho por conocer e investigar, tanto de las especies que habitan en los humedales como de la manera en que se interrelacionan. Desconocemos qué podemos aprender de ellas. Puede parecer, por poner un ejemplo, que dedicarse a estudiar los diminutos crustáceos ostrácodos es una actividad muy poco productiva, pero si resulta que estos animales se pueden utilizar como indicador de la presencia de petróleo en prospecciones geológicas, como de hecho ocurre, ¿a que el especulador lo verá de diferente manera? No sabemos si encontraremos otras utilidades egoístas (médicas, económicas o especulativas) en estos seres vivos, que tienen derecho a la vida aunque no valiesen para nada. Y si los hacemos desaparecer, nunca lo sabremos.

Escarabajo Dytiscus, uno de los más grandes escarabajos acuáticos.
charca temporal en Manzanares el Real, Madrid.

Razones de mera supervivencia. Los humedales son una pieza fundamental en el mecanismo que hace funcionar esta nave que atraviesa el espacio, llamada Tierra. Regulan el clima, depuran el agua y producen oxígeno. Quizás retirando una tuerca de aquí o un tornillo de allá, llamémosle alga, insecto o pato, la nave siga funcionando. Pero el día que a base de retirar piezas consigamos que el motor deje de funcionar, entonces no va a haber seguro que cargue con el gasto ni taller mecánico que nos salve.
Si el agua que bebemos y el aire que respiramos no son razón suficiente para animarnos a conservar los humedales, entonces no hay razones civilizadas que valgan, pero planeta de repuesto seguro que no tendremos.

Libélula Anax imperator. Estanque en mi jardín.
Ante la desaparición de masas de agua en nuestro entorno,
siempre podemos ayudar a las especies acuáticas con instalaciones lo más naturales posible.


martes, 17 de enero de 2012

Unos carroñeros de altura

Cuando subíamos a La Najarra para ver y fotografiar los grupos de cabra montés que aparecieron en la anterior entrada, nos sorprendió el paso de varias parejas de buitres que venían siguiendo la ladera norte de la Cuerda Larga, volando bastante bajo. Sobrepasaron suavemente la montaña y bajaron, como si fuesen hacia Miraflores de la Sierra, por la ladera que no podíamos ver desde nuestra posición.
Era medio día y suponíamos que en el otro lado había alguna carroña. Daban tentaciones de dejar de subir para seguirlos, pero habíamos ido "a cabras", como tales tiramos "pal" monte, y no nos arrepentimos.Todos siguieron más o menos el mismo recorrido, algunos venían de más abajo que nosotros y no nos dimos cuenta de su presencia hasta que no les teníamos encima haciendo un círculo para aprovechar la térmica y ganar la altura necesaria para sobrevolar la montaña. Los primeros que vimos fueron buitres leonados (Gyps fulvus) y quizás ya habían pasado algunos cuando empezamos a subir. Creo que no vimos más de seis ejemplares de esta especie. Sin embargo, la sorpresa fue ver pasar nada menos que cuatro parejas de buitres negros (Aegypius monachus). Nunca había visto tantos ejemplares en tan poco tiempo, apenas 15 minutos.

Los negros fueron los que venían de la parte baja, posiblemente de los pinares colindantes al Monasterio de El Paular, que es visible desde esa ladera de la Najarra. O quizás de la zona de Rascafría.
Por un instante pensé que no podía ser, que alguna de las parejas debía haber dado la vuelta completa a la montaña y habíamos visto a los mismos buitres dos veces. Pero no fue así, porque después de haber comido arriba (nosotros, no los buitres) y hecho las fotos de las cabras, cuando estábamos bajando hacia el puerto de La Morcuera, volvimos a ver a los mismos realizando el recorrido contrario. Supongo que ellos también habían comido ya.Estos días también he visto buitres negros en la zona baja más a menudo y me han comentado que en la zona de Colmenar Viejo se los ha visto igualmente más de lo acostumbrado. No sé si alegrarme o temer que alguna alteración en otro lugar los haya asustado hacia aquí. Estamos tan acostumbrados a las malas noticias en los temas de conservación que nos cuesta creer lo bueno.


He dicho varias veces que eran parejas porque así era. Tanto los leonados como los negros pasaron de dos en dos. Además, en la vuelta, una de las parejas de buitre negro voló en paralelo, uno sobre otro, durante un rato, que es el típico comportamiento de cortejo.
Creo que es pronto para que empiecen con el celo, pues tengo entendido que hasta finales de febrero no deberían cortejarse, pero con este tiempo tan extraño que estamos teniendo ya no me sorprende nada. A modo de anotación de cuaderno de campo tengo que dejar constancia de que a estas alturas apenas hay unas manchas de nieve en la zona más alta y en la ladera Sur de la Sierra de Guadarrama. Por debajo de los 1.500 metros aún no hemos visto ni un copo.
No son buitres, aunque sean también carroñeros, los oportunistas cuervos (Corvus corax), que curiosean las zonas donde los excursionistas han parado a descansar esperando encontrar algún resto de comida aprovechable. Estos forman parejas estables durante todo el año y verlos jugar con las corrientes de aire al nivel de las peñas de las cumbres en una verdadera delicia.

martes, 10 de enero de 2012

Cabra montés en Guadarrama

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Este domingo pude, por fin, realizar una excursión que tenía prevista desde hace tiempo, pero que por diversas razones se había ido retrasando. Se trataba de subir a las cumbres de Guadarrama con mayor abundancia de cabras monteses, expresamente para hacer fotografías. Elegí las laderas de la Najarra, uno de los extremos de Cuerda Larga.

Solo pude estar unas pocas horas que, entre la subida, la bajada y un acercamiento discreto, se quedan en nada, pero pude disfrutar de la presencia de numerosos ejemplares. Lamentablemente la llamativa época de celo pasó ya, puede que hace un mes por lo menos. Pero los rebaños aún son mixtos y en ellos se mezclan unos pocos machos adultos con jóvenes machos, hembras y crías nacidas en la primavera pasada.

Es un placer poder observar tan magníficos animales recortarse contra el horizonte de nuestra vieja Sierra. Ver un grupo de unos setenta ejemplares correr de peña en peña y bajar con saltos casi verticales por una pared, no lo puedo evitar, me recuerda a los documentales de Félix Rodriguez de la Fuente.

Félix decía que para llegar al público no hay que hacer una descripción exhaustiva de las características y detalles de la biología de una especie, sino que hay que contar una historia y explicarlo a través de ella. Creo que los documentales sobre el viejo macho de cabra montés ibérica desarrolló esa idea, casi hasta el exceso.

Pero no solo recuerdo a la perfección esos documentales, que hoy se pueden ver en la videoteca de Televisión Española, sino que este domingo rememoré uno de sus primeros programas, cuando Félix no tenía documentales propios y sólo con su palabra conseguía que los entonces niños nos quedásemos pasmados ante ese señor que hablaba de animales.

Viendo las poderosas patas de estos ejemplares, no pude menos que recordar al querido doctor mostrando en su programa la pezuña de una cabra, y como la comparaba con una bota de montañero, pues tales son sus perfectas adaptaciones. También recordé una antiquísima película de otra especie de cabra montés, del Himalaya, que bajaba por verticales paredes de una pedriza saltando haciendo zig-zag. Hasta en la presentación de un posterior programa, creo que Planeta Azul, usaba esa secuencia, que he encontrado en la red y pongo el enlace al final de esta entrada.

Mi vídeo es mucho menos espectacular, pero me encanta verlas bajar por esta pared casi vertical.







La cabra montés se introdujo en esta Sierra hace más de 20 años con ejemplares procedentes de Gredos. Son por lo tanto de la subespecie Capra pyrenaica victoriae. Y ya puesto, he recordado también una reunión en la sede del SEPRONA (Servicio de Protección de la Naturaleza de la Guardia Civil) casi recién creado por aquellos tiempos, en Tres Cantos. Entonces yo era representante de un incipiente Grupo de Conservación de la AHE (Asociación Herpetológica Española) y los agentes organizaban reuniones con grupos científicos y de conservación, para la colaboración mutua. Sé que también lo hicieron con colectivos de cazadores.

Por desgracia, una de las cosas que nos contaron es que los primeros ejemplares que se soltaron, creo que en el hueco de San Blas, en la Pedriza, fueron muertos por cazadores furtivos.

Afortunadamente, posteriores introducciones y el trabajo del SEPRONA y de la Guardería Forestal, ha servido para que los nuevos ejemplares de cabra montés se hayan multiplicado y extendido con poblaciones amplias y aparentemente sanas. Esperemos que no lleguen a la superpoblación con sus peligros correspondientes y que sigan así, alerta y alejadas de los visitantes que invadimos su territorio cada fin de semana. Sobre todo que no se conviertan en una especie de corderos de safari park que se acercan a los turistas esperando conseguir comida.

No voy a hacer una ficha de la especie, para eso está la wikipedia, que lo hace muy bien, además. También invito a ver los programas del Hombre y la Tierra de la videoteca del TVE. Pero si voy a contar una parte de la historia de la especie que no se encuentra en otro lugar de la red:

Esta subespecie fue descrita por el mastozoólogo Angel Cabrera en 1914 y el ejemplar tipo, es decir aquel a partir del cual se describió, se encuentra en las colecciones del Museo Nacional de Ciencias Naturales, en Madrid. Es un caso raro, pues generalmente los ejemplares tipo son pieles de estudio y esqueletos, no animales naturalizados, y no se exponen al público. Cuando organicé la exposición permanente "Mediterráneo, Naturaleza y Civilización", utilicé este ejemplar, pues siempre procuro que se expongan los ejemplares especialmente valiosos. Y allí sigue, la experiencia me ha demostrado que se conservan mejor en vitrinas (de calidad) que en los almacenes. Y el visitante tiene el derecho a ver esos ejemplares que son el verdadero valor del Museo y su razón de ser.




El enlace al vídeo de las cabras del Himalaya es este:

https://www.youtube.com/watch?v=YOnhF2buAB4

jueves, 29 de diciembre de 2011

Cleptoparasitismo de gorrión sobre carbonero

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O como los gorriones se aprovechan del trabajo de los carboneros para conseguir comida


Este otoño, cuando empecé a poner de nuevo alimento para los pájaros después de dejarles que se buscasen la vida en el verano, decidí instalar un nuevo tipo de comedero. Se trata de una simple bandeja a modo de plataforma abierta y mi intención es facilitar el acceso a otro tipo de aves, pues el antiguo comedero de tubo lo monopolizaban descaradamente los gorriones. Además, incluso entre ellos las jerarquías se imponen y no todos tienen igual acceso al grano.

También el nuevo comedero me permite poner otro tipo de alimentos y espero ampliar el espectro de aves que acudan a él que, por el momento, es bastante restringido. Petirrojos, estorninos, colirrojos tizones, verdecillos y mirlos, por citar unos pocos, se acercan al entorno y comen del suelo, pero no visitan el comedero.

La intención de esta entrada es volver a un tema que ya traté en otras ocasiones y es la evolución del comportamiento de los gorriones (Passer domesticus) y carboneros comunes (Parus major) desde que les facilito alimento. Al final de este texto dejo unos enlaces a entradas de otros años donde explico como los gorriones han aprendido a conseguir nuevas fuentes de alimentación imitando a los carboneros comunes.


Esto es especialmente llamativo en el caso de los cacahuetes que cuelgo de un alambre en las ramas del olivo. Los gorriones no tardaron mucho en copiar las posturas de los carboneros para acceder a las semillas.

Pero los gorriones, tal cual los observo, no son capaces de abrir las cáscaras de los cacahuetes y deben esperar a que un carbonero las abra para acercarse ellos y poder meter el pico en el agujero. En un principio los gorriones simplemente exploraban las ristras de cacahuetes buscando alguna semilla olvidada, pero en la actualidad su comportamiento es claramente un caso de cleptoparasitismo, ya que cuando el carbonero ha abierto el agujero le acosan para asustarle y después acceden a la comida.

Normalmente el carbonero intenta llevarse la semilla para comérsela tranquilamente en una rama algo alejada, pero en muchas ocasiones se le cae por el camino y allí está el gorrión para arrebatársela.

Hay pues dos formas de aprovecharse y conseguir la comida. Acudiendo al agujero ya abierto, que fue lo primero que descubrieron, y haciendo que se le caiga la semilla al suelo cuando el carbonero vuela asustado, que es una lógica consecuencia del comportamiento anterior.

La intención del gorrión es muy clara, pues mientras que el carbonero picotea con fuerza los cacahuetes, al más puro estilo pájaro carpintero, los gorriones no le molestan y permanecen en una rama algo por encima de la ristra de cacahuetes, observando. Sin embargo, se lanzan sobre él cuando ven que el párido está hurgando para llegar a las semillas.
El cleptoparasitismo se da en muchos animales, desde arañas e insectos hasta aves y mamíferos. Es bien conocido el caso de las gaviotas que se posan en la cabeza de los pelícanos, cuando tienen un pescado en la bolsa del pico, esperando a que estos lo abran para llevarlo hacia la garganta. También es cleptoparasitismo la relación entre leones y hienas cuando se arrebatan la presa recién cazada, pero no cuando carroñean los despojos ya abandonados.

Nunca había leído nada de este tipo de aprovechamiento entre estas dos especies de aves. Puede parecer que poner comida a los gorriones es una actividad banal, pero la experiencia me demuestra que sabiendo observar se pueden extraer datos interesantes sobre el comportamiento y su evolución.

Más adelante espero conseguir hacer un vídeo medianamente decente del proceso.

Las entradas (puedes pinchar sobre los títulos) donde trato sobre estos temas son:

Cletoparasitismo de gorrión sobre carbonero. Los vídeos
Continuación de esta entrada pero con vídeos.

Donde cuento como los gorriones aprenden de los carboneros cómo y dónde comer.

Más casos de lo mismo.

Los gorriones aprovechan las bellotas aplastadas por los coches para poderlas comer. Una entrada que no tuvo eco, pero que me parece una observación muy interesante.


domingo, 4 de diciembre de 2011

La muerte entre las flores tiene veneno de araña

LAS CURIOSAS ARAÑAS CANGREJO

Llevaba mucho tiempo queriendo fotografiar alguna araña de la peculiar familia Thomisidae. Había revisado cientos de flores esta primavera, en cada salida al campo, con la esperanza de hallar algunas de estas interesantes arañas. Así, cuando me encontré en mi jardín esta abeja muerta colgando de una flor de jara por un hilo de seda, ya de lejos, sin haberla visto siquiera, sabía que esta era mi ocasión. No tuve que acercarme mucho para descubrir a la protagonista, hábilmente escondida detrás de una hoja. En la foto, se pueden ver sus patas en la hoja del fondo.
Se les llama arañas cangrejo porque tienen la costumbre de andar lateralmente, como esos crustáceos marinos. Los tomísidos no hacen tela, confían en su capacidad de camuflaje y en su picadura. Sus quelíceros no son grandes, pero su veneno es particularmente efectivo para paralizar a los insectos voladores que acuden a libar (y polinizar) las flores. Es impresionante como una araña tan pequeña es capaz de retener a una abeja, moscardón o mariposa, con la fuerza voladora que tienen esos animales.
No lo hacen sin una cierta seguridad, ellas mismas están encordadas, como los escaladores, con un hilo de seda por si pierden el equilibrio, y también aseguran a su presa en cuanto tienen oportunidad, como puede verse en la abeja colgante.
Esta vez, la "muerte entre las flores" viene de los quelíceros venenosos de una pequeña Misumena vatia, reconocible por su abdomen globoso.
Y como las buenas noticias no suelen venir solas, a pocos metros de la jara anterior, encontré que la flor de jaguarzo del jardín también tenía una inquilina de la misma familia, la preciosa y más conocida Thomisus onustus. Estas arañas tienen la capacidad de cambiar de color, aunque tarden unos días en hacerlo, dependiendo del color que tengan las flores sobre las que acechan. Si los pétalos del jaguarzo son violetas, así serán las manchas de su dorso, pero si las flores fuesen amarillas su tono dominante será también verde amarillento.
En un viaje a Picos de Europa, cerca de Fuente De, descubrí otro ejemplar de la especie sobre unas flores de zanahoria silvestre y en ella podemos ver que no hay rastro de tonos azulados, sino que domina el blanco. Por cierto, que estaba pendiente, cámara en mano, con la esperanza de que se acercarse esa mosca y poder captar el monento de la caza, pero la que se puso por delante fue la hormiga. Sin embargo, no sé si la araña juzgó que la hormiga no iba a valerle ni de aperitivo o, simplemente, que no le gusta su sabor, porque aunque se le metió entre sus quelíceros, salió indemne del encuentro, seguro que totalmente inconsciente de lo cerca que estuvo de morir.
Son características de la familia el que los dos primeros pares de patas sean bastante más largas que las posteriores y, además, que los tres primeros pares solo se articulan hacia adelante. De esa manera, los ejemplares de las siguientes fotografías no hay duda de que son de esta familia, aunque no me atreva a ponerle nombre de especie, ni de género siquiera. Si alguno de mis lectores se atreve, que no deje de decírmelo.
Las dos las he encontrado, igualmente, entre las flores de mi jardín. Las he podido observar a lo largo de varios días y he comprobado que permanecen en la misma rama cambiando de flor si la primera se marchita. Esto es particularmente importante en el caso de las jaras, que cada día pierden sus pétalos, aunque otra nueva flor se abra en su proximidad.
También he podido ver que la mayor parte del día se lo pasan detrás de la flor o un poco más abajo, en el tallo, donde además se escondían cuando notaban que me acercaba. Supongo que solo se exponen a la vista sobre la corola floral, cuando quieren cazar.