Ejemplar macho de lagartija ibérica (Podarcis hispanica)
Otro reptil que nos salió al paso fue esta culebra lisa europea, Coronella austriaca. A decir verdad nos salió al paso pero no la vimos, tuvieron que ser otros excursionistas que venían detrás los que dijeron "mira una víbora" y llamaron nuestra atención. Por supuesto, no se trata de una víbora, aunque también las hay aquí, sino una inofensiva culebrilla que se alimenta de lagartijas y otros pequeños reptiles y son extremadamente mansas y tranquilas. Eso y ser confundidas con víboras les acarrea el morir cuando se topan con ignorantes sin sentimientos.
Conociendo esa insana costumbre de muchas serpientes de calentarse sobre la superficie despejada de los caminos y sobre el asfalto, donde están a tiro de viandantes y coches, como en otras ocasiones, no tuve más remedio que cogerla y trasladarla a unos roquedos cercanos donde podría solearse igual de eficientemente pero sin peligro. No me gusta toquetear a los animales en el campo, ni siquiera para hacerles fotos, pero esta es causa de fuerza mayor.
También en pleno camino nos encontramos con frecuencia con los saltamontes de alas azules del género Oedipoda, que en cuanto se posan, parecen desaparecer de lo bien que quedan camuflados. El ojo busca la continuidad de las líneas de su cuerpo con las luces y sombras del suelo y hasta resulta difícil enfocar con la cámara pues los bordes parecen empeñados en difuminarse ante el visor.
Otro paseante en medio del camino es este escarabajo tenebriónido, Pimelia castellana (gracias otra vez Mario), confiado en su dura coraza formada por los élitros soldados entre sí, anda sin importarle su evidente color negro.
Igualmente los cerambícidos, golosos, se manchan con el polen como niños con una tarta de cumpleaños.
Pero los aires de principio de verano son para las mariposas, inquietas, coloridas, desesperantes a veces, cuando intentamos fotografiarlas. La mayoría son especies muy comunes, pero no por ello menos hermosas. Y como muestra, esta Vanessa cardui, que podemos admirar en diseño dorsal y ventral. Su nombre específico nos dice que sus larvas se alimentan de cardos.
Más colorida aún, esta Aglais urticae, cuyas larvas se alimentan de ortigas. Es una mariposa que pasa el invierno como adulto (imago), reviviendo en primavera para poner huevos y producir la segunda generación, ya entre julio y septiembre, según altitudes.
También disfrutamos de la presencia de las Melanargia lachesis, inquietas como pocas, aunque de repente parecen aplastarse contra el suelo y se dejan fotografiar. Sus plantas nutricias son gramíneas.
Muchas más vimos, pero o no pude hacerles foto o han salido tan mal que no merece la pena ponerlas. Eso sí, me demostraron una cosa: tengo que aprender más de ellas, cada una es un mundo.
Hola,
ResponderEliminaracabo de llegar a tu blog desde el de Frikosal.
Me parece un blog completito por la variedad de temas que tratas, siempre dentro de la naturaleza. Te visitaré a menudo.
Voy a poner un enlace en mi blog para tenerte más cerca.
Un saludo.
Gracias colega,
ResponderEliminarHaré lo propio.
Interesante tu blog. Andar por el campo con los ojos abiertos es una gozada.
ResponderEliminarUn saludo
Jesús, otro interesante paseo naturalista por la sierra de Guadarrama.
ResponderEliminarPor lo que veo en la primera foto de cistáceas, las jaras a que te refieres son jara estepa (Cistus laurifolius). Crecen más alto y florecen más tarde que la pringosa, así que la cosa parece dentro de lo normal.
He visto que has cambiado la cabecera del blog añadiendo un fondo con flores de santolina (parece Santolina rosmarinifolia, que también es la especie sobre la que posa/se posa la señorita Vanesa (Vanessa cardui))
Espero aquí arriba, sentado a la sombra, tu próxima entrada con más montañas y mariposas.
Un abrazo.
En efecto, Javier, eran jaras estepas.
ResponderEliminarY, por supuesto, la foto de las santolinas es también del puerto del León (o leones).
He decidido poner en la cabecera una foto, al menos, de cada estación de año. Me parece que las santolinas representan muy bien al verano.
Erelea, gracias por tus palabras.
Muy buena la entrada. Yo lo que tengo que aprender es de tí.
ResponderEliminarDa gusto leerte, serías un fenomenal compañero de ruta campestre ;-)
Aún no sé cómo podéis fotografiar a las lagartijas, con lo rápidas y esquivas que son, si a mí no me da tiempo ni a verlas!
Un saludo!
Hola Mamen, todo es cuestión de paciencia, moverse despacio ...
ResponderEliminar... y tener un teleobjetivo de 300 mm con macro para no asustarlas y poder hacerles las fotos desde lejos. Ese es mi objetivo para todo y mi único secreto.
En cuanto a venir de excursión, no tienes más que avisarme cuando pases por aquí.
Hola Jesús:
ResponderEliminarVeo que los insectos están tomando protagonismo en tus fotos y no es para menos por su abundancia y por la riqueza de especies. Hay tanto que aprender de estos animales y enseñar a la gente que no son esos bichos molestos que revolotean alrededor en nuestros paseos camperos. Me sigue fascinando la explosión evolutiva que hizo que insectos y plantas con flores iniciaran en el Terciario un camino exitoso en común inundando la Tierra de una gran variedad de formas y colores jamás vivida hasta entonces.
Un abrazo,
Fernando Avila