martes, 17 de marzo de 2009

Abejas albañilas (2)

Las circunstancias me obligan a continuar con la historia de la abeja albañila. Ayer lunes 16 me encontré con una nueva fila de celdillas ya rellenas de polen. Son las más cercanas al picaporte, a la izquierda. Pero antes de seguir, pongo una foto de la puerta del balcón donde está puesto el policarbonato, sobre la reja, a modo de doble ventana. Una persona me pidió que lo explicase mejor y creo que esta foto o aclara.Bueno, ahora sigo con las nuevas celdillas. Estas cinco las ha hecho el laborioso animalillo entre la tarde del domingo y la mañana del lunes. La masa oscura de la izquierda es un grueso tapón de barro que impide la entrada por ese lado ya que inicialmente estaba abierto. La abeja entra y sale por el lado que en la foto de arriba aparece a la derecha, por un orificio del marco.
Otras dos celdillas han sido añadidas solamente en la mañana de hoy martes. He puesto un papel verde en la parte trasera para que destaque más el contenido.
Más en detalle, puede verse el huevo que hay puesto en una de las celdillas sobre la masa de polen. Así está en todas, aunque no se ve tan bien. También se aprecia el tabique hecho de barro.
Y en este minivídeo a nuestra amiga trabajando.

5 comentarios:

  1. !Menudas fotos¡ Sobre todo la que se ve perfectamente la larva depositada.
    Una vez más demuestras lo que se puede observar, y se puede aprender, apenas sin salir de casa. Vamos, en tu propio jardín.

    ResponderEliminar
  2. Gracias, no tienen la nitidez que podrían tener porque el policarbonato no es completamente transparente, pero no está mal del todo.
    No me ha dado tiempo a preparar la caja de cristal, pero espero que cuando la termine la utilicen y pueda mejorar las fotos.
    Tabién lo he intentado con la lupa cámara, pero los resultados no han sido buenos.

    ResponderEliminar
  3. Impresionante, Jesús. Tengo la sensación de que tus ojos son capaces de ver vida... donde los demás no vemos "nada".

    Feliz puente para ti y tu familia.

    Y ahora sí, Jesús, ahora sí, tras el largo y duro invierno (que no se ha ido, puede volver "algo" todavía) pienso que venirme vivir en esta zona con el privilegio de ver el campo todos los días me parece de lo mejor que he hecho en mi vida.

    Ahora, no en enero que he jurado en arameo con la nieve hasta las cejas y esos días cubiertos todos seguidos.

    Un abrazo y gracias por colocarme en tu blog.

    ResponderEliminar
  4. Aurora,
    Gracias a ti, que me pusiste primero, antes de que yo me entrarse de como funcionaban los "gadgets" estos. Y gracias por el apoyo inicial para que no me desalentase.
    El aumento de las horas de luz, el sol, el campo renaciendo de los secarrales y las escarchas es para vivirlo, no para ir de visita. Esa es nuestra gran suerte. Los cien kilómetros diarios, para los que trabajamos en Madrid, se compensan solo con ver el horizonte cuando nos acercamos a casa. Cada día distinto, con sus juegos de luces y sombras... y su colección de nubes, cuando las hay. Además, estas semanas pasadas, con las últimas lluvias, hemos tenido a eso de las 5 de la tarde, unos arco iris que se te saltaban las lágrimas.
    La vida, ¡cómo no! desde antes de tener uso de razón, en el caso de que lo tenga ahora, llevo mirando hasta la tierra de las macetas de casa de mi madre buscando bichitos casi invisibles.
    Los que vivimos en urbanizaciones y somos amantes de la Naturaleza, estamos inmersos en una gran paradoja, pues en hemos colaborado en su transformación. Para que no sea también destrucción, deberíamos hacer lo posible porque la vida silvestre vuelva a nuestros jardines. Y en mi caso creo que estoy en la obligación de mostrarlo. En SALMA no funcionó, aquí es diferente, más personal e independiente.
    Un abrazo.

    ResponderEliminar
  5. Querido Jesús, vi, naturalmente, estos impresionantes arco iris que hemos tenido. Era de llorar, pero de llorar de verdad:jamás lo vi tan grande.

    Totalmente de acuerdo con tu observación. Mi urbanización, la Ponderosa, está situada en un sitio estupendo y mi casa todavía mejor: no tengo casa delante, tampoco detrás. Doy a campo y a la Maliciosa, un lujo.

    Salgo todos los días a andar con las perras una hora y media o así. Salvo cuando por razones de trabajo tengo que bajar a Madrid. Esa es mi suerte: no tengo que bajar a Madrid todos los días.

    Estoy encantada con la zona, nadie en el campo entre semana, lo siento pero no puedo con las multitudes.

    Te pediré consejo sobre el jardín. Por ahora con Tana, que es como un terremoto, también en el jardín, y Olimpia que ha debido de cursar ingeniería de caminos, canales y puertos y tiene un afán escarbador impresionante, con sobrevivir a sus desastres tengo bastante.

    Saludos cordiales
    Aurora

    ResponderEliminar