LAS NINFAS DE LIBÉLULA, Anax imperator
Hace dos años, que puse una entrada sobre las grandes libélulas que volaban y hacían sus puestas en mi estanque de jardín. Puede verse pinchando AQUÍ.
Hace dos meses, me tocó vaciar y limpiar el estanque porque las raíces de las plantas emergentes y capas sucesivas de plantas acuáticas, amenazaban por colmatarlo completamente. Hasta 60 cm era la capa de restos vegetales entrecruzados como si fuese una turbera formada en tan solo diez años. Tuve que trabajar duro, con el agua por las rodillas, retirando bloques irregulares de lodo y materia vegetal, con una gran cuchilla y con azadón. Naturalmente, tanto en el agua como entre los restos vegetales, iban apareciendo algunos de los numerosos habitantes del estanque: pececillos, renacuajos y larvas de los más variados insectos acuáticos. Instalé una piscina hinchable para ir pasando toda esa fauna y una parte de la flora que quería conservar.
Entre ellos habia una gran cantidad de ninfas de nuestra protagonista de hoy: la gran libélula azul, Anax imperator.
La oportunidad, una vez más, de tener que manejar a los habitantes del estanque, me permite observarlos de cerca, e incluso ponerlos en el acuario que suelo utilizar para este tipo de fotografías.
Las ninfas de libélula no tienen la belleza de los animales adultos, pero tampoco están exentas de un gran poder de fascinación. Su aspecto es realmente inquietante y sus costumbres depredadoras aún más. Las piezas inferiores de su mandíbula forman lo que se ha llamado "máscara" que puede ser proyectada hacia delante con la rapidez de la lengua del camaleón, para atenazar a sus víctimas y atraerlas hacia su boca.
Pequeños peces, otros insectos, y especialmente los renacuajos, son presa habitual de estos monstruos prehistóricos.
Cuando la ninfa ha pasado al menos un año en el agua, alimentándose de sus compañeros de estanque, aproximadamente por estas fechas, busca un tallo de planta que salga del agua y trepa por ella saliendo a la superficie. En esta especie eso ocurre durante la noche, y encontrarlo al amanecer aún con la libélula sin salir del todo de su vieja piel, es un hecho excepcional como en este caso, en el que debió tener algún problema y murió en el intento sin llegar a extender las alas.
Hace dos semanas, por lo menos, que ya vuelan las libélulas adultas, pelean por su territorio sobre el estanque y se dedican a hacer sus puestas. Una nueva generación de terribles depredadores acuáticos inicia el ciclo de la vida.
Oye, la de la piel ¡parece un alien o así! Da miedo casi. Con los títulos que pones a tus entradas, Jesús, una cae...
ResponderEliminarEn verdad que su aspecto es realmente inquietante
ResponderEliminarEn fotografia resultan inquietantes, en "movimiento" es casi peor. Siempre me han dado un poco de yuyu esas mandíbulas "proyectables" y la voracidad con que atacan a peces y anfibios.
ResponderEliminarTiene usted una auténtica joya en forma de jardín, cuidelo bien. ;)
Hay que hacer márketing, Aurora, la competencia es dura, como en el fondo del estanque.
ResponderEliminarHola Joaquín, garacias por comentar en estos días de sequía veraniega de visitantes.
Sí Trebol, en movimiento es aún más inquitante. Además le da igual que la estemos manejando para poder hacer la foto, en cuanto ve una posible presa no tiene ojos para otra cosa.
Imaginad libélulas Meganeura del Carbonífero, si las libélulas adultas tenían más de 30 cm, sus nifas debían tener cerca de 25 cm, cinco veces más grandes que estos monstruos.
Estuve observando cómo ya ponían huevos hace dos fines de semana, introduciendo el abdomen en el agua repetidas veces, como si se clavasen. Imagino que es por eso ¿no? Si me equivoco corrígeme.
ResponderEliminarIncreíblemente competidoras y agresivas entre ellas. Se nota que son las que mandan en el cauce del rio. ¡A los caballitos del diablo les tenían rectos! ;) ¡Menudas son! :)
Qué delicia obervar estas cosas.
Gracias. Saludos!
Jesús, ¡qué pasada! ¿Y cómo no llamaste a Instinto Animal?
ResponderEliminarA mí además me impacta mucho que mueran intentando hacerse adultas, como las mariposas.
Hola Mamen. Según la especie hacen la puesta de diferente forma, las Anax meten el abdomen en el tallo de un nenúfar o cualquier otra planta acuática, pero otras especies dejan caer los huevos haciendo vuelos rasantes sobre el agua.
ResponderEliminarSon las dominantes, sí, pero conviven bastante bien con los caballitos del diablo. En cambio, otros insectos son atacados y comidos.
Carolina, me alegra leerte. Estas cosas ocurren en el mismo día y es difícil asegurar que si os llamo luego ocurra algo delante de las cámaras de televisión. Es casi como encontrar víboras, je, je.
Lo de la muerte ocurre muy de vez en cuando, en el estanque suelo encontrarlas ya ahogadas o medio comidas por el resto de los habitantes. Creo que este año ha habido alguna más por la limpieza del estanque, el agua nueva, etc.
Besos a las dos.
Desde luego la que más grima da de los medios acuáticos, personalmente para mí, es la larva de ditisco. Pensar en sus mandíbulas huecas que atenazan a su víctima para inyectarle un disolvente venenoso e ingerir después los jugos del renacuajo como si fuera un batido, es algo que estremece con bastante más crudeza que en el mundillo animal depredador del exterior. Qué suerte la de su tamaño, eso es peor que el tiburón blanco.
ResponderEliminarSaludos.
Es cierto, Javier, los ditiscos tienen unas larvas terribles. En mi estanque solo ha aparecido un ejemplar adulto, que pude fotografiar, pero no he visto nunca larvas.
ResponderEliminarHace tiempo mantuve larvas en acuario y eran verdaderamente "monstruosas". Tengo que volver a intentarlo, je, je.
Saludos
Otra muestra más de lo peligroso del mundo de los insectos para la pequeña fauna. De hecho, volviendo a su lado más "macabro", parece que Giger se inspiró en la máscara proyectable de estas larvas para diseñar las piezas bucales del famoso alien. Saludos y cuida bien de ese marjal carbonífero en miniatura (¡6 cm de turba al año! ¿Para cuándo tendrías carbón?).
ResponderEliminarNatualmente no es turba formada, pero está en ello. Creo que si el estanque pasase por fases de inundación y sequía el proceso sería más evidente porque habría compactación.
ResponderEliminarCuando era un chaval un químico aficionado a los acuarios me invitó a mirar la parte inferior de las piedras de un acuario montado desde hace mucho tiempo, estaba tiznada de negro.
- ¿Que es eso? -me preguntó-
- ¿Suciedad? -respondí-
- En efecto, pero formada por carbón, la última fase del ciclo del carbono en tu acuario.
Entonces empecé a mirar el acuario como un sistema ecológico.
Muy buen artículo Jesus, buenas fotos e interesante información.
ResponderEliminarHola Jesús
ResponderEliminarMuy interesante la mezcla de divulgación con el estilo de suspense de esta entrada. El toque de tensión está muy logrado, me ha gustado mucho.
Un saludo
Gracias Pedro. Es que realmente en cualquier rincón de la naturaleza (y del jardín) ocurren historias apasionantes a poco que se conozca la identidad de los protagonistas y sus costumbres.
ResponderEliminarSi consigo trasmitirlo es que lo he hecho bien.
...¡Claro que lo has hecho bien, Jesús! nos has tenido a todos metidos en tu estanque, medio paralizados ante la inquietante presencia de la larva de libélula.
ResponderEliminarUn instante emocionante.