En
facebook mi amigo Antonio Guillén me nominó para que siguiese una cadena que
suponía publicar siete fotos en siete días y nominar a otros siete amigos para
que hiciesen lo mismo. Tras pensarlo durante unos días decidí no nominar a
nadie, porque no me gustan ese tipo de cadenas, pero aprovechando la ocasión me
planteé un pequeño reto personal: ser capaz de encadenar al menos siete
especies que de alguna manera se relacionen y aparezcan en alguna de mis fotos.
Dicho y
hecho, conseguí hasta nueve fotos encadenadas y hasta eché de menos no hacer
ramificaciones que iban surgiendo por el camino. Además, como tengo por
costumbre me alargué más de la cuenta con las explicaciones y me di cuenta que
con ese material un poco más ampliado podía hacer hasta tres entradas del blog.
Aquí está la primera con las tres especies.
Comienzo
con la foto de un avispón común, Vespa
crabro, depredando sobre una avispa, creo que del género Polistes. Fueron protagonistas, hace
poco, de una de las entradas de este blog. Los avispones son temibles depredadores y atacan a abejas, avispas y
dípteros cuando están libando el néctar en las flores. Ellos también necesitan
libar para mantener su elevado metabolismo, sus presas son en realidad el
alimento de las larvas, que esperan en las celdillas de su nido. La foto está
hecha entre las flores de hiedra en el jardín de casa.
Las
avispas, del género Polistes y Vespula, de las que hemos visto a un
ejemplar presa del avispón, son también carnívoras en su fase larvaria y las
obreras se ven en la necesidad de colectar carne de todo tipo para
alimentarlas, desde el jamón o el chorizo del bocadillo de los excursionistas
hasta los insectos que puedan cazar. Son más
carroñeras que depredadoras y los insectos reventados contra el frontal de los
coches son una de sus presas habituales.
La foto está hecha en la parrilla de mi propio coche, lo siento mariposa, en casa. Pero donde más he podido observar ese comportamiento ha sido en el aparcamiento del Museo. En verano, las avispas parecen estar esperando la llegada de los vehículos para rebuscar en sus radiadores. Me parece impresionante con que certeza van directas hacia la parte delantera de los coches, independientemente de su posición. Supongo que lo que les atrae es el olor de los insectos aplastados.
Estas avispas hacen nidos de papel y para ello recogen fibras
vegetales que mascan y transforman en pasta. Como ocurre con las fábricas
papeleras, en ese trabajo las avispas utilizan mucha agua y por eso es tan
frecuente verlas zonas húmedas y particularmente en las piscinas en pleno
verano. La verdad es que no tiene nada que ver la agresividad de las avispas en
las cercanías de su nido con la relativa indiferencia que manifiestan cuando
están recogiendo agua, comida para sus larvas o libando néctar.
La mariposa es un ejemplar de Vanessa cardui, mariposa de los cardos, y en tres viajes de la avispa no quedó nada de ella. La
naturaleza todo lo aprovecha.
El paso siguiente es saber la vida y milagros de la mariposa.
Es un ninfálido y, como su nombre específico indica, sus larvas se alimentan de
varias especies de cardo, aunque igual se puedan encontrar en malvas, ortigas y
otras de las llamadas "malas hierbas". Lamentablemente como cardos
que son, también pueden atacar los cultivos de alcachofas.
Para
defenderse o permanecer ocultas de sus posibles depredadores, sus orugas se
esconden entre las hojas de las plantas, que mantienen entrecerradas con los
hilos de seda que ellas mismas producen y mantienen.
Estas
mariposas pueden pasar el invierno como crisálida o como adulto invernante y
por eso, a veces, pueden volar un poco "fuera de época" cuando el
invierno es cálido, como éste. En esos casos se las suele ver bastante
deterioradas, no tienen nada que ver con los preciosos ejemplares recién
emergidos en primavera, sobre las flores de rosales y cardos tempranos.
El siguiente paso en esta cadena de la vida está precisamente en los cardos y será el objeto de la próxima entrada.