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Grullas en un campo cercano a la laguna.
En esta foto se puede ver la diferencia entre un ejemplar joven y el adulto a la derecha. |
Hacía años que tenía ganas de visitar la Laguna de Gallocanta en la época del paso de las grullas. Había pasado por allí un par de veces, pero en pleno verano, con la laguna prácticamente seca y vacía de aves.
La oportunidad se nos presentó recientemente cuando la plataforma Biodiversidad Virtual organizó una excursión fotográfica para el fin de semana del 17 de noviembre.
Las grullas eran la mejor excusa, pero evidentemente también esperaba ver y fotografiar otras especies y, por supuesto, conocer cómo funcionan estas jornadas de Biodiversidad Virtual, que ellos llaman "Testing". Algo nos falló el tiempo, porque el sábado amaneció muy nublado y con amenaza de lluvia. Fuimos hacia el lugar desde donde las grullas salen del dormidero aún en plena noche, para no perdernos ni un minuto del amanecer. Resultó un tanto decepcionante, pues aunque fueron numerosos los grupos de que nos sobrevolaron, entre la niebla apenas eran visibles, aunque sí disfrutamos de sus "conversaciones" en vuelo, con el gru-gru-gru para mantenerse en contacto.
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Pequeño grupo de grullas. Me he dado cuenta de que a veces parecen ir coordinadas
en su vuelo, por parejas. Aquí se aprecia perfectamente. |
Pero el paisaje que se nos iba revelando a medida que el sol luchaba por vencer a la niebla era una maravilla, sin duda.
Dicen los censos que ese día se vieron en la laguna 16.000 ejemplares de grulla, pero en días anteriores se habían contado hasta 35.000 todo un espectáculo a nuestro alcance que ningún naturalista debería perderse aunque solo sea una vez en la vida.
A lo largo del día el tiempo mejoró algo, y no llegó a llover hasta última hora, cuando ya habíamos visto a estas gritonas regresar a la laguna a dormir.
Llevo tiempo utilizando las galerías de fotos de Biodiversidad Virtual para identificar muchas de las especies que observo y más de una vez las he citado en el blog, pero hasta ahora no había colaborado para añadir imágenes a esta fantástica iniciativa. No voy a extenderme más porque he añadido un enlace en la columna de la derecha para quien quiera informarse más a fondo.
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La verdad es que los aerogeneradores en el horizonte,
tan cerca de los lugares de migración de las grullas y otras aves, nos dan un poco de miedo. |
Aparte de las grullas (Grus grus) pudimos ver varios cientos de patos. Pude hacer foto de tarros blancos (Tadorna tadorna) y ánades reales (Anas platyrhynchos) y, no sin ciertas dificultades, en la siguiente imagen se llegan a apreciar dos machos de ánade rabudo (Anas acuta). Os dejo el juego de intentar encontrarlos.
Y mirando y remirando las fotos, aparte de algún otro pato que no me atrevo a afirmar, me llevé una buena sorpresa. Nadie en el observatorio de La Reguera nos dimos cuenta de que un par de jabalíes atravesaba el grupo de grullas a la carrera, aunque algunos de los presentes llevaban unos buenos telescopios. Lo que más me sorprende del asunto es que las grullas no se asustaron en absoluto. Otra foto de peor calidad (que no he puesto) los muestra totalmente a la derecha, metidos literalmente entre las grullas.
Con ese tiempo no esperaba ver insectos, pero en medio del camino estaba esta avispa icneumónida, quizás del género Ichneumon. Me encantan estos animales, verdaderos "aliens", cuyas larvas se desarrollan en el interior de otros insectos sin llegar a matarlos hasta el último momento. Suelen ser difíciles de fotografiar porque se mueven con rapidez, pero aquí el frío fue mi aliado, al hacer que estuviese más lenta de lo habitual.
Entre un grupo plantas secas, creo que umbelíferas, nos llamó la atención que todas las cabezuelas estaban cubiertas por telas de araña que con las gotas de la niebla ofrecían un precioso espectáculo...
... perfectamente complementado por esta otra obra de arte arañil, que parecía adornada por cuentas de cristal.
Gallocanta está en un lugar privilegiado, al norte del Alto Tajo, en una zona entre Zaragoza y Guadalajara, muy cerca de Teruel, con rincones solitarios y preciosos con muchas posibilidades naturalistas. Es una de las zonas ideales para pasar unos días de aquí para allá con una gran variedad de paisajes. Además deberíamos prestar más atención a estos pueblos, casi despoblados, y apoyar a sus habitantes que no tienen nada fácil el día a día.
Por eso quiero destacar que nos alojamos y comimos en el
Albergue Allucant, un lugar agradable, económico, que oferta diversas actividades naturalistas y con la gran ventaja, para nosotros, de admitir también a nuestra perrita, que aunque se comporta como la mejor de las viajeras, ya se sabe que no es fácil encontrar lugares que reciban de buen grado a los miembros caninos de la familia. Para quien quiera más información,
AQUÍ está su página web, os lo recomiendo.
Y, sobre todo, muchas gracias a Eulalia, la organizadora del testing, a su encantadora familia y a los demás compañeros de esta jornada, que nos hicieron pasar un fin de semana de lo más agradable.
Como decía antes es importante apoyar las iniciativas conservacionistas de estos pueblos que tienen un especial patrimonio natural y casualmente Atanasio, desde su chajurdo, nos habla de la fiesta de las grullas en Navavillar de Pela, Badajoz. No te pierdas la entrada de su blog pinchando
AQUÍ