Cuando subíamos a La Najarra para ver y fotografiar los grupos de cabra montés que aparecieron en la anterior entrada, nos sorprendió el paso de varias parejas de buitres que venían siguiendo la ladera norte de la Cuerda Larga, volando bastante bajo. Sobrepasaron suavemente la montaña y bajaron, como si fuesen hacia Miraflores de la Sierra, por la ladera que no podíamos ver desde nuestra posición.
Era medio día y suponíamos que en el otro lado había alguna carroña. Daban tentaciones de dejar de subir para seguirlos, pero habíamos ido "a cabras", como tales tiramos "pal" monte, y no nos arrepentimos.Todos siguieron más o menos el mismo recorrido, algunos venían de más abajo que nosotros y no nos dimos cuenta de su presencia hasta que no les teníamos encima haciendo un círculo para aprovechar la térmica y ganar la altura necesaria para sobrevolar la montaña. Los primeros que vimos fueron buitres leonados (Gyps fulvus) y quizás ya habían pasado algunos cuando empezamos a subir. Creo que no vimos más de seis ejemplares de esta especie. Sin embargo, la sorpresa fue ver pasar nada menos que cuatro parejas de buitres negros (Aegypius monachus). Nunca había visto tantos ejemplares en tan poco tiempo, apenas 15 minutos.Los negros fueron los que venían de la parte baja, posiblemente de los pinares colindantes al Monasterio de El Paular, que es visible desde esa ladera de la Najarra. O quizás de la zona de Rascafría.
Por un instante pensé que no podía ser, que alguna de las parejas debía haber dado la vuelta completa a la montaña y habíamos visto a los mismos buitres dos veces. Pero no fue así, porque después de haber comido arriba (nosotros, no los buitres) y hecho las fotos de las cabras, cuando estábamos bajando hacia el puerto de La Morcuera, volvimos a ver a los mismos realizando el recorrido contrario. Supongo que ellos también habían comido ya.Estos días también he visto buitres negros en la zona baja más a menudo y me han comentado que en la zona de Colmenar Viejo se los ha visto igualmente más de lo acostumbrado. No sé si alegrarme o temer que alguna alteración en otro lugar los haya asustado hacia aquí. Estamos tan acostumbrados a las malas noticias en los temas de conservación que nos cuesta creer lo bueno.He dicho varias veces que eran parejas porque así era. Tanto los leonados como los negros pasaron de dos en dos. Además, en la vuelta, una de las parejas de buitre negro voló en paralelo, uno sobre otro, durante un rato, que es el típico comportamiento de cortejo.
Creo que es pronto para que empiecen con el celo, pues tengo entendido que hasta finales de febrero no deberían cortejarse, pero con este tiempo tan extraño que estamos teniendo ya no me sorprende nada. A modo de anotación de cuaderno de campo tengo que dejar constancia de que a estas alturas apenas hay unas manchas de nieve en la zona más alta y en la ladera Sur de la Sierra de Guadarrama. Por debajo de los 1.500 metros aún no hemos visto ni un copo.
No son buitres, aunque sean también carroñeros, los oportunistas cuervos (Corvus corax), que curiosean las zonas donde los excursionistas han parado a descansar esperando encontrar algún resto de comida aprovechable. Estos forman parejas estables durante todo el año y verlos jugar con las corrientes de aire al nivel de las peñas de las cumbres en una verdadera delicia.