Presentando a Pizca
Esta es Pizca, nuestra perra de raza teckel (lo que se suele llamar salchicha) de pelo duro. La foto es de cuando llegó a nosotros con unos tres meses, ahora tiene seis años.Como ya conté en la entrada dedicada a mis mastines, "Adiós, mastines, adiós", Pizca llegó a casa para superar pérdidas, de anteriores perros, tanto para nosotros como para nuestra mastina, Bola. También hablé de ella y puse un minivídeo en una entrada llamada "Fin de semana blanco".
Queríamos tener un perro que pudiese estar la mayor parte del tiempo dentro de casa, no como los mastines, y que fuese rústico para disfrutar de nuestras caminatas campestres. Pizca nos da todo eso y mucho más, con ella el aburrimiento no existe.
Aunque su pelo debería ser duro para meterse entre las zarzas sin quedarse enganchada, pues los cazadores usan a esta raza como perro de matorral, la verdad es que no es así y entre sus lanas trae del campo toda clase de palitos, semillas y "arrancamoños" varios, como un muestrario de las plantas del lugar que utilizan a los animales para la dispersión de sus semillas (zoocoria).
Como pasa muchas horas en el exterior, tanto en el jardín como en nuestros paseos, sin importarle empaparse en los charcos y en la nieve, incluso disfrutando de ello, le dejamos el pelo largo durante el invierno, pero se lo cortamos en cuanto llega la primavera. Parece otro perro, hasta el color es diferente, al verse la capa de pelo más interna.Pizca no cambia nunca el pelo de manera natural, pues es de crecimiento continuo, por eso es obligado el paso por la peluquería. La gran ventaja es que así no mancha la casa con sus pelillos caídos.
Y una vez terminadas las presentaciones paso al tema que da título a esta entrada. Sobre el comportamiento de perros y lobos, y lo que Pizca nos enseña.
Aunque su pelo debería ser duro para meterse entre las zarzas sin quedarse enganchada, pues los cazadores usan a esta raza como perro de matorral, la verdad es que no es así y entre sus lanas trae del campo toda clase de palitos, semillas y "arrancamoños" varios, como un muestrario de las plantas del lugar que utilizan a los animales para la dispersión de sus semillas (zoocoria).
Como pasa muchas horas en el exterior, tanto en el jardín como en nuestros paseos, sin importarle empaparse en los charcos y en la nieve, incluso disfrutando de ello, le dejamos el pelo largo durante el invierno, pero se lo cortamos en cuanto llega la primavera. Parece otro perro, hasta el color es diferente, al verse la capa de pelo más interna.Pizca no cambia nunca el pelo de manera natural, pues es de crecimiento continuo, por eso es obligado el paso por la peluquería. La gran ventaja es que así no mancha la casa con sus pelillos caídos.
Y una vez terminadas las presentaciones paso al tema que da título a esta entrada. Sobre el comportamiento de perros y lobos, y lo que Pizca nos enseña.
Perros y lobos son la misma especie
Gracias a la moderna ciencia que estudia el ADN de los seres vivos se están describiendo nuevas especies animales a partir de poblaciones que suponíamos que eran una sola, aunque externamente apenas si seamos capaces de diferenciarlas. Cualquier naturalista con una mínima afición a los anfibios y reptiles seguro que sabe de qué le hablo. Esa ciencia, cada poco tiempo nos recuerda que el hombre y los primates superiores compartimos la mayor parte de nuestro genoma. Pues bien, esos mismos análisis genéticos nos dicen que perro y lobos son la misma especie: Canis lupus. Ni siquiera está claro que los perros sean una subespecie con el significado que se le da a esa palabra en otros grupos animales. No existe pues la especie Canis familiaris, sino que sería, como mucho, la subespecie Canis lupus familiaris.
Desde luego, quien ve a un chihuahua puede tener sus dudas de que se trate de un lobo, pero no menos que si vemos el mismo perrillo al lado de un San Bernardo. Y esas dudas quedan mucho más disipadas cuando vemos un perro de raza nórdica, como el Alaskan Malamute al lado de un lobo, tan parecidos que en más de una película nos lo intentan colar como tal.
A continuación intentaré explicar dos comportamientos de Pizca y su relación con el comportamiento lobuno. Quedan mucho más, pero tendré que conseguir nuevas fotos y vídeos.
La sumisión o la conducta de cachorro.
Todos los que tratamos con perros estamos acostumbrados a ver la postura de cachorrillo que adoptan nuestras mascotas, no solo cuando tienen unos pocos meses, sino en muchas ocasiones a lo largo de su vida.Panza arriba, con el cuello bien estirado y las patas abiertas nos dejan ver su vientre, que los cachorros tienen además sin pelo. En casos extremos de nerviosismo incluso dejan caer unas gotas de orina sobre su barriga. Es una señal de sumisión total que permite al perro (o humano) dominante asegurarse de que se trata de un cachorro con su olor característico y que no supone ninguna amenaza. De conducta de cahorrro ese acto ha pasado a ser un comportamiento de individuo dominado ante su superior.
Pegar a un cachorro que se orina, preso del nerviosismo, cuando llegamos a casa, solo empeora la situación. Lo mejor es no hacerle caso, ignorarle y esperar a que se calme, para así "decirle" que no necesita someterse hasta ese nivel.
En la foto siguiente Bola, la mastina dominante, olfatea y lame el vientre que le ofrece Pizca.La domesticación del lobo para dar lugar al perro se realizó a base de seleccionar artificialmente caracteres infantiles. Esto es muy evidente en algunas de las razas por su pequeño tamaño, sus grandes ojos y la cabeza chata y redondeada, pero más aún por su comportamiento respecto a nosotros, los humanos, a los que durante toda la vida consideran (o deben considerar) como líderes de la manada y procuradores de alimento.
Otro de los comportamientos típicos de perros respecto a sus amos, es que al recibirlos después de una ausencia, intentan lamerles las comisuras de la boca. Este acto es similar al de los cachorros de lobo (y otros cánidos) por el cual obtienen el alimento que sus padres. Los lametones en las comisuras de la boca provocan la regurgitación del alimento que sus padres traen en el estómago.
Un perro que nos intenta lamer la boca nos está diciendo que para él somos como sus padres, los líderes de la manada, aunque ese acto haya perdido el sentido de pedir comida que tenía originalmente. Por pura higiene no recomiendo dejarse chupar la boca, como no recomendaría oler el trasero a un perro para saludarle, pero no está mal dejarse lamer un poco a un lado de la cara para demostrarles que aceptamos esa situación.
No hay mejor regalo para el dueño de un perro de una raza poderosa, como el mastín, que esa demostración de sumisión por parte de un animal de casi 100 kilos de peso, que nos podría destrozar la cara si él quisiese.
Matar a la presa, ... de trapo.
Los perros son animales cazadores, aunque unas razas lo sean más que otras. El desarrollo de los instintos de caza dependerán también de la educación que sus amos les ofrezcan. Pero incluso en los perros menos cazadores, como Pizca a pesar de su raza, en el juego nos mostrarán las pautas de un depredador.
Pizca, y cualquier perro que corra a por un muñeco de trapo, una cuerda de nudos o una botella de plástico, lo morderá por el sitio equivalente al cuello y lo sacudirá como si fuese una rata o un conejo al que quiere partir la columna vertebral. Es la forma en que un cánido salvaje mata con rapidez a las pequeñas presas. Nada de ahogamientos o desangrado, un golpe seco termina con la agonía de su presa de la manera más rápida y eficiente.
Previamente, si el juguete-presa, es lo bastante grande, habrá una "inmovilización" poniendo su cuerpo encima hasta que le haya hecho un buen apresamiento con la boca.En un cánido silvestre esa es la culminación del acto de caza, posiblemente después de muchos otros intentos fallidos y ese será el inicio de otra fase, la de calmar el hambre. Pero en un perro casero no hay decepcionantes lances de caza fallidos, ni hay agotamiento ni hambre, hay un exceso de energía que se transforma en ganas de jugar y repetirá el "lance de caza" tantas veces como su dueño quiera entretenerse en arrojarle el juguete.
En su libro "Etología del lobo y del perro" David Nieto Maceín da la que para mi gusto es la mejor explicación de los destrozos que los lobos hacen cuando entran en un corral de ovejas. Como cuenta este autor, para que un lobo cace a un ungulado salvaje del tamaño de una oveja, como un corzo, tiene que hacer muchos intentos previos, persecuciones, lances fallidos y superar la defensa que la presa hace de su vida. Eso agota su umbral de energía para la caza y una vez conseguida la pieza, solo queda comerla. Pero en un corral de ovejas la caza está ahí, fácil, sin carreras, sin agotamientos, sin defensa y sin fallos. Los lobos matan con su energía aún intacta y, como el perrillo que va a por el juguete una y otra vez y lo sacude para matarlo, el lobo ataca, mata o hiere a cuanto animal se le pone por delante.
En el siguiente vídeo espero que quede explicado como Pizca me muestra una parte del lobo que lleva dentro, del lobo bueno, naturalmente.
Tener un perro es no aburrirse nunca, pero si ya además te leo, Dorda ¡ay que ver lo que se aprende! Pizca es muy guapa, además de loba ;-). Aunque un perro no sustituya nunca a otro, siempre está bien tener 2 para cuando uno se te muere, aunque la pena cuando un perro se te va no la quita nadie... Es una suerte vivir donde vivís y tener espacio...
ResponderEliminarHola Aurora (y Olimpia).
ResponderEliminarEn efecto, llena vacios pero no sustituye, cada uno tiene su personalidad y su presencia.
Tú ya tienes un buen maestro para los asuntos perrunos, pero hay gente muy despistada respecto a los comportamientos y, lamentablemente, la humanización de las mascotas es su principal enemigo. Casi todos los casos de los "encantadores de perros" (mexicano y español) son una muestra de ello.
Si además yo te aporto algo más, encantado.
Muy buena entrada Jesús. Me ha encantado, y Pizca también. Está claro que todo tiene su por qué y que hay que comprender y ser sensible con los animales.
ResponderEliminarAl fin y al cabo has demostrado que perros y lobos no son tan distintos como nos creemos. Unos tan amados y otros (generalmente) tan odiados.
Saludos.
Desde luego Pizca es un punto... jejeje... da gusto verla tan feliz...
ResponderEliminarPor otro lado "me molesta" el que se experimente tanto con las especies hasta moldearlas, como si fuesen barro. Últimamente vemos esto con los perros denominados de "razas peligrosas". Con ello hacemos negocio hasta de nuestros mayores defectos y más bajas pasiones.
Saludos.
Hola Mamen y Anzaga.
ResponderEliminarCasi puede decirse que todas las razas de perros están siendo transformadas por los criadores con el fin de conseguir perros "de exposición" bastante alejados anatómica y funcionalmente de las características que en origen dieron lugar a dichas razas. Es decir, trabajos concretos de guarda, caza, tiro de trineo.
Las modernas razas de pelea, pues eso es lo que son, son un sinsentido. Así pagamos las consecuencias.
Me gusta ir con los perros si quieren acompañarme por algún recorrido de senderismo, así suplo la falta de su compañía como compañero permanente. Ya se sabe, cuando no hay unanimidad para tener uno, pues recurres a los de los demás.
ResponderEliminarMenos da una piedra (según de que tipo, claro).
Saludos.
¡Qué entrada más esclarecedora, Jesús!...Bueno, la entrada y la casa entera con Pizca de loba casera.
ResponderEliminarOjalá lo lean (vean) muchas personas que no tienen en cuenta hasta qué punto es vital conocer y respetar la biología de sus "mascotas".
Saludos. Y mención especial para Pizca.
Gracias Javier. No sé, a veces de muy difícil desarraigar conceptos erróneos. Ver en los perros y gatos comportamientos instintivos en lugar de muestras de "lo listos que son" no gusta a muchas personas.
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