domingo, 13 de diciembre de 2009

Embalse de Manzanares, aves y encinas secas.

Nueva visita al embalse de Santillana, en Manzanares el Real, esta vez por el lado sur. El nivel está muy bajo. Aunque terminó el verano con más agua que otros años, la paradoja es que a finales de noviembre, con esta sequía otoñal, está mucho peor que otras veces. Días de niebla en los que a la lluvia le cuesta descargar. Días grises y tristes, pues no termina de caer el agua necesaria, pero tampoco tenemos la alegría del sol. Las fotos son monocromáticas y con poca profundidad, como nuestros ánimos en este corto paseo.
Un par de machos de ánade real se alejan parsimoniosamente de la orilla atravesando un largo camino de cieno seco.
En las escasas aguas de la entrada del río al embalse, las gaviotas disputan la comida a las fochas y zampullines chicos.
Hace algo más de 30 años, cuando vivía en Madrid a orillas del Manzanares, empecé a ver esas gaviotas hasta entonces desconocidas en la capital. Primero fueron las reidoras, luego empezaron a llegar las sombrías (en vuelo en la foto de arriba), igualmente con costumbres fluviales y no raras en el interior peninsular, pero también vienen ahora las patiamarillas, típicamente marinas, acompañado a unas y otras. Aquí pasan el invierno, comiendo en basureros y durmiendo en las aguas de nuestros embalses, en lo que será nuestra agua potable.
Aquí se ve un jóven de reidora que aún conserva algunas manchas marrones en su plumaje. Cuando llegue a adulto será mucho más blanca y al entrar en celo su cabeza tornará a negra. Entonces estará lista para viajar al norte de Europa, pero también es posible que decida quedarse aquí, porque este verano algunas lo hicieron. No sé si también criaron, pero es algo a investigar.

Los zampullines chicos bucean sin importarles el frío, solos o por parejas.

Nos colamos para observar a las aves sin asustarlas, pero no comprendemos esta prohibición firmada no por una autoridad, como pudiera ser la Confederación Hidrográfica o la Comunidad de Madrid, sino una asociación de Pescadores.
No contribuyó la prohibición a nuestro estado de ánimo, pero lo peor nos llegó cuando descubrimos algunas encinas completamente secas y otras con el inicio de la enfermedad que tiene todas las características de tratarse de la seca de la encina.

Se dice que el stress hídrico de estos años de sequía favorecen a la enfermedad, pero aquí, en las cercanías del embalse, el suelo conserva una cierta humedad. Es como para preocuparse viendo las noticias de su expansión por Extremadura y otros lugares donde las encinas son ecosistema y paisaje característico.

9 comentarios:

  1. Hola Jesús, espero que ese ánimo ande mejor.
    No tenía ni idea de esa enfermedad, a ver si no se extiende.
    Oye, hace unos años que vivo en mitad de Europa, en Múnich, y aquí tenemos también gaviotas en la ciudad (no sé cuáles son, pero la argéntea no). Creo que es por la gran cantidad de lagos que hay en los alrededores de los Alpes. A mí, que soy del Cantábrico, al principio me extrañó verlas. Pero las aves y la naturaleza no entienden de fronteras. Sortudas ellas.

    Gracias por tus posts, Vane.

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  2. Primero, Jesús, me ha gustado la idea de esas fotos largas y estrechas...como la sequía que padecemos.

    Y en cuanto a las encinas, desde finales del verano vengo observando lo mismo en el transecto ferroviario de Madrid a Collado Villalba. Supongo que tú también lo has notado. Nunca había visto tantos ejemplares afectados, aunque proporcionalmente no son muchos ésto quizá sea el inicio.

    Esperemos que la fortaleza natural de la encina pueda, una vez más, con estas penurias. De lo contrario, estamos apañados.

    Un abrazo, Jesús.

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  3. Las aves acuáticas de los lagos de Centroeropa son una maravilla para el ornitólogo, patos nadadores y buceadores, serretas, zampullines, etc. Incluso en los canales y estanques de las ciudades es fácil observarlos a placer.
    La gaviota argéntea sí es fluvial en el norte, aunque la reidora es quizás la más abundante, según el sitio. Claro que también pueden observarse dos atractivas especies, la gaviota enana (que también tiene la cabeza negra en verano) y la gaviota cana con su pico y patas verdosas.
    En varios sitios de Europa está afectando esta enfermedad de los Quercus, ya ha atacado a encinas, alcornoques y robles.
    Saludos Vane.

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  4. Gracias Javier, las superficies de agua siempre me sugieren esa composición y casi siempre hago algunas fotos en previsión de dejar un encuadre de ese tipo, sean barcos o patos el objeto del objetivo.
    Sí, había visto las encinas desde el tren, pero no sabía si era producto de la sequía, maltrato en la poda u otra cosa. Aquí he visto algunos ejemplares completamente secos y otros a medias. Y no son zonas secas, pues en su entorno viven perfectamente los sauces: Un drama.

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  5. Qué de acuerdo estoy con tus sensaciones ante esas masas de agua y vida que en estos meses parecen láminas plomizas y pesadas. Y muy curioso lo de la encina seca, ¿será exceso hídrico? ¿Será que los fitopatógenos de la seca se ceban en ella porque los pescadores no la tratan bien? De traca el cartel de los pescadores. Aunque yo a veces pesco (sin muerte), por esta clase de actitudes no puedo reconocerme entre ese gremio... Saludos naturalistas.

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  6. No había visto el embalse de Santillana tan vacío en ninguna de las ocasiones que visité El Boalo. La otra cara del bajo nivel del agua es, la visita de mayor número de limícolas, aprovechando el limo tierno.
    De momento por los montes de encinas del cañón del Mesa, no he visto esta afección a dichos árboles, pero tiemblo sólo con pensarlo.
    La reidora te ha quedado genial. Es una gaviota que considero simpática y recuerdo en una inundación del Ebro, allá por 1982 en plena crecida como el meandro mantenía en su superficie a unas mil gaviotas reidoras. Eso sí, haciendo un cálculo algo rudimentario pero no menos exacto.
    Saludos

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  7. Hola Jesús soy Lute, en primer lugar agradecerte que sigas mi blog, yo también seguiré el tuyo con atención. Por cierto lo que comentas de las encinas es muy preocupante, llevo todo este año fijándome por los lugares que paso y se me rompe el alma porque hay zonas muy afectadas, un saludo Lute.

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  8. Preocupante lo de las encinas que además proporcionan alimento a la fauna. Por lo demás no recuerdo de niña ver gaviotas ni cormoranes en el rio Manzanares, ahora los veo todos los años. Las cosas (¿el clima?) van cambiando. Saludos y arriba el ánimo ¿eh?

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  9. Hola Lute, hola Mamen.

    En efecto, las gaviotas han ido aumentando en número de ejemplares y en variedad de especies.
    Pero en este caso yo no echaría la culpa al cambio climático sino al aumento de basureros a cielo abierto y, en el caso de Madrid capital, a la mejora y regulación del caudal del Manzanares.
    En mi infancia era una cloaca a cielo abierto, no había peces y los cormoranes difícilmente podrían haberse quedado.

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