martes, 15 de septiembre de 2009

Cuaderno de campo: notas de final de verano

Ahora que parece que el calor veraniego nos va a dar un respiro, nos damos cuenta de lo avanzada de la estación y que, en nada, tenemos el otoño encima.
En el estanque han aparecido con más abundancia las pequeñas libélulas rojas (los machos) y amarillentas (las hembras) de la especie Sympetrum striolatum. También las vi en plena primavera, pero no las fotografié. En realidad es entonces cuando emergen y se reproducen la mayoría de ellas. Algunas de las larvas que salen de esas tempranas puestas consiguen desarrollarse y emerger antes de que lleguen los fríos y posiblemente por eso las tengo de nuevo volando. Pero otras quedarán en el agua hasta el año próximo y las que ahora nazcan, igual.
Viven alrededor de las aguas estancadas de muy diversas calidades, aunque son muy viajeras y se pueden ver sobre campos secos y hasta hacer migraciones. Es la especie más común dentro de este grupo de libélulas y se diferencia por la manchas amarillas de los flancos, rodeadas por una fina línea negra.
Las plantas también cumplen con sus ciclos biológicos. Las zarzamoras regalaron sus frutos a pájaros y paseantes. Ya apenas si queda alguna que no esté picada o reseca. Las de casa tienen la ventaja añadida de no tener espinas, por ser una variedad de jardín. Este año han sido todas para los pájaros, solo las uso para hacer licor y aún me queda del año pasado. No somos muy de consumir alcohol.
Y también fructifica el serval, con sus frutillos de color anaranjado, típico árbol siempre citado como beneficioso para la avifauna, razón por la que está presente en mi jardín. La aves de mi zona no deben leer los libros y no se han enterado, porque se secarán en las ramas, como todos los años.
Igual pasa con los acebos, que aunque sus frutos duran en el arbusto casi todo el invierno, como esperando que las aves dispongan de ellos, nunca ocurre tal acontecimiento. Será que los urogallos me quedan muy lejos.
Y hablando de aves, ya se dejan ver en su paso otoñal, desde hace más de una semana, los papamoscas cerrojillos por los jardines del Museo, no por mi casa. Debe ser que las imponentes Maliciosa, Bola del Mundo, Peñalara y demás montes que quedan a nuestras espaldas, hacen de barrera y ellos prefieren pasar por algún valle más bajo.
Y ya se fueron las oscuras golondrinas y aviones comunes. Los nidos se les quedaron pequeños y menudo jaleo se montaba a última hora de la tarde. A la familia le tocó dormir fuera de la casa, en cables y carrizales. Así se fueron juntando primero en grupos familiares, luego en otros más numerosos y finalmente formaron esa masa crítica que les impulsó a salir volando rumbo a África, en busca de calor e insectos.
Estos de la foto no están en cables eléctricos sino en los de una grúa, que capté el año pasado en Panticosa, ya casi haciendo las maletas, ellos y nosotros. Son un ejemplo vivo de lo que los etólogos llaman "distancia de picoteo". Es decir, que se colocan equidistantes, donde no se llegan los unos a los otros. Cuando llega uno más y se pone en medio, provoca la recolocación de los demás. Poco a poco la Naturaleza nos va mostrando las señales del otoño, más claramente que cualquier calendario.

14 comentarios:

  1. Seguro que luego llega San Miguel, con su veranillo, y nos asamos de nuevo. El final del verano y el inicio del otoño son como un toma y daca en nuestro centro peninsular. Una de cal (calor) y otra de arena.

    No se por qué, pero la segunda foto de la libélula (la que parece estar intentando hacer el pino sobre la punta de una hoja) me ha recordado a Campanilla (la de Peter Pan). Debe ser por las alas.

    ¡Hala, hasta pronto!

    Un abrazo y gracias por contarlo.

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  2. Hola Javier,
    Sí que es graciosa esa postura de las libélulas. Esa y otra muy parecida que ponen los caballitos del diablo posiblemente sea algún tipo de comunicación que indique, por ejemplo, disposición para la cópula.
    Claramente los dibujantes de hadas se han inspirado en los odonatos. Viendo la preciosa película "Fantasía" se pone muy en evidencia.

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  3. Y en qué se diferencian esas libélulas de las Sympetrum fonscolombii? A ver si me he creído que he fotografiado fonscolombii y eran striolatum...

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  4. Este fin de semana estuve en el campo recogiendo unas pocas almendras con mi tío y para mí esa es la señal de que ya comienza e lotoño. Un nuevo seguidor a tus ordenes y te invito a leernos. Un saludo.

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  5. Hola Jesús:

    De nuevo me sumerjo en tus Notas de Campo y Jardín cuando el verano se va deshaciendo.
    Cuando llegan los papamoscas cerrojillos a mitad de agosto los campos empiezan a llenarse de moscas. Durante varias semanas, éstos y otros dípteros se vuelven pesados, se meten en boca, ojos y entre el pelo. Son días de calores agobientes y bochornos sofocantes.
    Asombra cómo la migración postnupcial de las aves transaharianas se sincronizan cuando el campo rebosa de insectos y frutillos silvestres que les proporciona el alimento suficiente para sus grandes viajes.

    Un abrazo,

    Fernando

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  6. Bueno Goyo, yo también puedo equivocarme, pero una característica propia de fonscolombii es que tienen muy patente la mancha amarilla en la base de las alas, especialmente las posteriores.
    La celdilla llamada proterostigma es en esa especie de color claro, amarilla y no pardo oscuro como en striolatum.
    Hay otra especie más, S. meridionale, pero apanas si se notan las manchas amarillas de los costados.

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  7. Gracias Deprisa, aunque me tienes que aclarar cual de los "Deprisa" eres tú. He visitado vuestro blog, pero demasiado "deprisa" para hacer comentarios. Ya lo veré con más calma, yo también he hecho algún pinito con microcuentos de fantasía, malísimos, eso sí.

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  8. Fernando, siempre es un placer leer los comentarios tan completos e informativos que haces, gracias. Es verdad que las moscas de final de verano son pesadísimas, cuando el sol cae sobre nosotros como plomo fundido. También dice la sabiduría polular que es cuando barruntan tormenta.

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  9. Qué razón llevas, Jesús, esto del verano ya pasó... Por aquí es inusual la de papamoscas cerrojillos que están cruzando, lo he recordado al leer que los citas. Muchas Sympetrum striolatum yo creo que pasaron al reino de los saprófagos con la última tormenta... Ahora revolotean los extraños caballitos del diablo que pasan el invierno entre la hojarasca.

    Y sí que le tememos por aquí al veranillo de San Miguel, ¡tocará aún la manga corta! Saludos naturalistas.

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  10. Echaré de menos, entre otras aves, a los aviones comunes.
    Me gusta observarlos en la recta final de su ciclo reproductor, cuando van abandonando el nido y, la colonia espera pacientemente al más rezagado. Así, sucesivamente, van engrosando los grupos; uniéndose comunidades pequeñas hasta formar el grueso y disciplinado bando migrador.
    Saludos.

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  11. ay, ay, ay, que lleva 2 días diluviando, Jesús, y eso que esta mañana tuvimos un pequeño descanso tempranito por la zona. La topo, para tu información, al final no se quedó, o sea que no hay hipoteca que valga. En fin. Yo echaré de menos a los aviones también, y lo de las zarzamoras que a todas horas lloran que lloran por los rincones ... las pobrecitas han estado muy poco lustrosas con tan poco agua.

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  12. Me he estado fijando en las alas de las libélulas que hay en mi jadrín que son las mismas (creo) que la de la primera fotografía de la entrada de libélulas de mi blog, y sí que tienen el marillito al inicio de las alas esta la fotografié en Sevilla y las otras dos fotos son de Palencia y sí que podían ser Striolatum como tú indicas, porque creo que no tienen el amarillo de las alas posteriores.
    Muchas gracias por tu ayuda con la identificación Jesús.

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  13. Ha sido un placer, Goyo. Las nuevas fotos de tu blog son muy buenas, como siempre.

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  14. Apasionante el cambio estacional, como el campo va mudando sus tonos, como algunas especies van dejando día a día de verse y como otras van reemplazándolas...

    El otro día veía en una cámara web situada en estonia las grullas que se amontaban y no dejaban de cantar, parecía que estuvieran preparando el gran viaje. pronto, muy pronto estarán con nosotros...

    Saludos.

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