domingo, 26 de abril de 2009

Los 5 grandes de África: El león

LEÓN. El felino de vida familiar

Vuelvo con la cuarta entrega de los cinco grandes. Textos y dibujos de la exposición que hice en Badajoz, una foto hecha en el Zoo de Madrid y un minivídeo tomado en el Parque Kruger de Sudáfrica.

Orden: Carnivora
Familia: Felidae
Especie: Pantera leo (Linnaeus, 1758)
Variación: Se han descrito hasta 9 subespecies, sin contar las fósiles, 7 en África y 2 en Asia. Dada la gran extensión de su área de distribución y la existencia de poblaciones aisladas, existen varias formas claramente diferenciables por el color y la extensión de la melena en los machos. Esta puede variar desde el mismo color que el resto del cuerpo, hasta el negro. Y en extensión, desde unas pocas crines solo en la cabeza, hasta una melena extendida por el pecho hasta medio cuerpo como en el León del Atlas.

Nombres comunes:
Portugués, Leão
Inglés, Lion
Francés, Le Lion
Alemán, Löwe
Swahili, Simba
Afrikáans, Leeu

Medidas máximas (machos mucho mayores que las hembras):
Altura a la cruz = 112cm
Longitud total = 3.300cm
Longitud de la cola = 102cm Peso = 225Kg

Las leonas están emparentadas y son estables en el territorio. Son los machos los extraños, que han ganado el territorio a sus predecesores, mientras que la mayoría de las hembras permanecen en el sitio donde nacieron, los jóvenes machos deben alejarse.

Una típica familia león. Está formada por dos a cuatro machos hermanos o nacidos en una misma manada, diferente a la que ahora tienen, tres a quince hembras, aunque a veces más, y sus cachorros correspondientes, de las que todas se ocupan. No hay peleas internas y aunque se separen durante días para cumplir con sus obligaciones, las reuniones son siempre alegres y amistosas.

Reparto de tareas. Los machos no suelen cazar, deambulan defendiendo su territorio ante otros leones o ante las manadas de hienas, que suponen una amenaza constante. Algunas leonas salen a cazar y otras permanecen con los cachorros. La mayor parte del día, hasta 20 horas, se lo pasan durmiendo o retozando en plena tranquilidad. No hacen cubiles, confían plenamente en su fuerza. La noche es el momento de mayor actividad, cuando suelen ocurrir los episodios de caza y las incursiones de los vecinos que pretenden invadir el territorio.

Intrusos: asesinos y amantes. Si un grupo de machos consigue vencer y expulsar a los patriarcas de la familia, lo primero que hacen es matar a todos los cachorros que pueden. De esta manera las hembras entrarán en celo a los pocos días y la nueva generación será de los ganadores. Es un cruel mecanismo de supervivencia que evita el excesivo grado de parentesco en las manadas y asegura la variabilidad.

Los viajeros y los establecidos. Hay machos solteros y algunas pocas hembras que siguen a las grandes manadas de ñus y cebras en sus migraciones, pero la mayoría permanece en sus territorios adaptando su menú a las presas disponibles. Los machos jóvenes deambulan entre territorios de otros leones hasta que consiguen vencer a algunos propietarios y establecerse en la nueva familia.

Señales por vista, oído y olfato. El cuerpo del león, con su abundante melena, es como una señal creada para ser vista y amedrentar a sus enemigos. También el rugido, que llena las noches africanas, es una señal de aviso ante los posibles intrusos. Por último, las señales de orina en los límites del territorio dan clara muestra de los propietarios del terreno, informando posiblemente de su estado de salud y del número de ejemplares contra los que tendría que enfrentarse quien ose penetrar en él.

Cazador social y oportunista habitual

Sistema de caza cooperativo y organizado. El reparto de tareas, cuando las leonas acosan a sus presas, no es casual. Unas encauzan a los rebaños de ungulados hacia las que están acechando para lanzarse sobre las presas que se les acercan. Las leonas parecen tener un especial instinto para detectar la más mínima debilidad. Una ligera cojera o el retraso en la carrera es inmediatamente detectada y atrae los ataques en medio del revuelo general.

En grupo la comida sale más barata. Un león o leona solitaria tendría que conseguir una presa equivalente a su tamaño cada tres o cuatro días. Una manada caza casi a diario, pero puede conseguir mayores presas y la cooperación hace que el esfuerzo de caza sea menor y el éxito más frecuente.

Comer a mesa puesta. Gran parte de las piezas que consumen los leones no han sido cazadas por ellos sino por otros animales como guepardos, hienas y leopardos. Un animal muerto en medio de la sabana puede ser disputado a cualquier carroñero.

Leones y hienas, guerra declarada. Las hienas son mucho más cazadoras de lo que se supone y los leones les arrebatan las presas con frecuencia. Especialmente si hay leones macho en el grupo de caza, las hienas serán atacadas. Las leonas solas, si no son muy numerosas, no se atreven contra las hienas, más bien éstas serán las que expulsen a las leonas y se aprovecharán de su trabajo. Tampoco dudan las hienas en atacar a las leonas que cuidan a sus cachorros y se los comerán a la mínima oportunidad.

Un amplio menú pero con preferencias. Los leones cazan una muestra bastante representativa de la fauna que compone su hábitat, dentro de unos mínimos y máximos de tamaño. Evidentemente prefieren las presas de mayor tamaño, sobre todo si cazan en grupo, pero en la proporción de los animales que cazan hay marcada preferencia por los ñus y las cebras, seguidas por los antílopes y gacelas. No desperdician la oportunidad de atacar grandes rumiantes, como la jirafa y el búfalo, aunque su caza sea costosa, porque estos animales saben defenderse bien. A las jirafas las sorprenden cuando beben o bajan la cabeza para pastar porque no haya árboles cerca. Hay grupos que se especializan en una determinada especie, pero en conjunto puede decirse que sus presas cumplen una perfecta relación entre el máximo de carne disponible y en mínimo esfuerzo en cazarlas.

4 comentarios:

  1. Muchas gracias, Jesús, por la referencia de mi blog en tu lista de blogs (con foto y todo).
    Los leones siempre me recuerdan aquellos inquietantes rugidos en las noches del Masai Mara.

    Abrazos

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  2. Gracias a ti, hermanoide Javier, poner la referencia con foto es uno de los gadgets que nos ofrece blogger y yo soy el primer beneficiado para estar al tanto de las novedades de los amigos.

    ¡Que buenos recuerdos! La primera noche acampados en Kenia, sin las cercas de los campings y oyendo los rugidos de los leones... ¿y los gnu, gnu, gnú de los ñus que pastaban alrededor de las tiendas.
    ¡Que pena no haber digitalizado aquellas diapos!

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  3. Bueno, por Dios, ¡qué dibujos tan bonitos y qué cantidad de cosas de leones... que ni los documentales de la 2 me habían enseñado ;-)!

    Verdaderamente no hay libro como la naturaleza, creo...

    Un abrazo
    aurora

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  4. Gracias Aurora
    La verdad es que los documentales se hacen repetitivos, siempre incidiendo en las mismas cosas, pero no me compares, por favor, que donde estés esos afortunados profesinonales que se pasan la vida en sitios exóticos...
    Gran parte de lo que cuento es "cultura de documental", tengo que reconocerlo.
    Un abrazo vecina.

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