Continuo con la Historia Natural de esta bella mariposa.
En la entrada anterior dejamos a las orugas atracándose de las semillas en crecimiento dentro de las legumbres de Colutea, aparentemente bien protegidas del exterior. |
Vainas maduras de Colutea. La flecha muestra, en una de ellas, los excrementos dejados por la oruga que ha crecido en su interior. |
Las vainas ocupadas por orugas son fácilmente identificables sin necesidad de abrirlas porque en la parte inferior se ven por transparencia los excrementos con forma de granitos negros y, en cambio, no se distingue la fila de semillas.
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Vaina abierta sana, con las semillas desarrolladas y maduras, no atacadas por orugas. |
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Vaina abierta mostrando las semillas abortadas al haber sido comidas por una oruga. El círculo rojo indica el agujero por donde salió la oruga ya crecida. |
Sin embargo, alguna vez me he encontrado las vainas completamente desgarradas, supongo que por obra de algún pájaro, que ha intentado acceder a su interior. No sé si lo que buscaba eran las semillas o las orugas. La que muestro en la foto con la hormiga es una buena muestra de ello y la más exagerada que he visto, otras lo han sido en menor medida. Esa fue la primera vez que vi una oruga, nunca antes había mirado en el interior de una de esas legumbres, aunque sabía que deberían estar dentro. |
Hormiga Lasius tanteando sobre la oruga. |
Ya que ha salido el tema de la hormiga, hablaré de ellas. La mariposa se cita con frecuencia como mariposa mirmecófila. La mirmecofilia es la afinidad que algunos organismos tienen con las hormigas, sea de comensalismo o incluso de parasitismo dentro del hormiguero. Las de la fotografía son hormigas del género Lasius (hablé de ellas en ESTA ENTRADA), que suelen pastorear chinches
Cacopsylla en otras plantas del jardín, así como pulgones, incluso en la propia Colutea. Parece ser que en este caso la mirmecofilia no es obligada, y las hormigas se limitan a lamer de las orugas sus posibles jugos azucarados y, posiblemente defenderlas del ataque de otros insectos. Pero, como ya he comentado, las orugas permanecen dentro de las legumbres y las hormigas tienen muy pocas posibilidades de acceder a ellas en los espantalobos, quizás en otras leguminosas no ocurra así. |
Agujero abierto en la legumbre. Se ven también los excrementos dentro y, por fuera, unos pulgones. |
Las vainas maduras que han sido ocupadas por las orugas se identifican fácilmente sin necesidad de abrirlas porque por transparencia se aprecian bien los excrementos caídos en la parte más baja. Si la oruga ya salió, se verá en agujero que ha abierto para hacerlo. Pero cuando la vaina está aún verde y tiene una oruga en su interior es más difícil de ver. La oruga, recién salida del huevo, entra en la flor, por lo que la legumbre en crecimiento no tiene ninguna herida que la delate o es tan pequeña que es difícil de localizar.
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Oruga andando en el exterior de una legumbre. No creo que tenga el tamaño suficiente como para pupar y puede que esté buscando entrar en otra vaina. |
Sólo en una ocasión he visto una oruga, no totalmente desarrollada, andando sobre una legumbre. Es posible que hubiese terminado con las semillas de su vaina y buscase otra donde entrar para seguir comiendo. De hecho, he visto vainas ya consumidas con dos agujeros, uno de ellos sellado con una especie de tapa de seda y el otro abierto. Tengo la teoría, por confirmar, de que cuando entra en una nueva legumbre la oruga tapa la entrada para impedir el acceso de parásitos y para conservar el ambiente húmedo interior. El agujero abierto, como ya dije es el de salida.
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Vista exterior del orificio tapado con tejido de seda. |
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Tapón de seda visto desde el interior de la legumbre, cerrado y abierto por mí para mostrar la estructura de seda. |
Sin embargo, esas precauciones son en vano, porque alrededor del espantalobos merodean unas avispillas parásitas esperando su oportunidad. Apenas tienen un par de milímetros de longitud y son muy inquietas y difíciles de fotografiar en vivo, pero a base de paciencia, por la mañana bien temprano y tiempo más fresco, lo he conseguido. Y también he visto el resultado en alguna vaina que he abierto. En ella la oruga estaba consumida y a su lado había unos cuantos capullitos blancos de donde saldrán las nuevas avispas, supongo que el próximo año. |
Avispilla parasitoide (quizás Eurytominae) merodeando sobre el exterior de las legumbres. |
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Capullos apilados de la avispa parásita y, a la izquierda, carcasa vacía de la oruga, apenas reconocible. |
No sé de qué manera las avispas llegan a parasitar a las orugas que están dentro de las vainas. Si hacen un pequeño agujero y entran en la legumbre para poner los huevos sobre la oruga o si simplemente introducen el ovopositor a través de la cáscara del vegetal y las larvas se las apañan para llegar hasta ella. No lo he podido ver.
En la
tesis doctoral de Rafael Obregón sobre interacciones ecológicas de lepidópteros en Andalucía, se muestra que las orugas de
L. boeticus son capaces de alimentarse de las pupas que se encuentran en los capullos de su parasitoide cuando los encuentran. En su estudio, el parasitoide es
Cotesia specularis. Es una curiosa interrelación en la que parasitoide y parasitado se controlan mutuamente.
También en ese trabajo describe el canibalismo de las orugas de canela estriada, así como la depredación interespecífica entre orugas de
L. boeticus y
Leptotes pirithous. Eso explica la presencia de una única oruga en el interior de las legumbres que yo he observado.
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Imago de gris estriada Leptotes pirithous, fotografiada en una gramínea justo debajo de las pantas de espantalobos. |
En el jardín, junto a la Colutea he visto y fotografiado también a la mariposa Leptotes pirithous, es otro licénido de aspecto y biología muy similar a la protagonista de estas entradas, pero mucho menos abundante. Sospecho que quizás haya visto más de las que creo, cuando varias mariposas estaban revoloteando entre las ramas del espantalobos, pero me han pasado desapercibidas.
Por último vuelvo a poner una foto de
canela estriada, Lampides boeticus adulta para que se pueda comparar con la
gris estriada, Leptotes pirithous, de la foto anterior. Aparte de otras particularidades de su diseño, la ancha banda de color claro de las alas traseras las diferencia sin posibilidad de error.
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Imago de canela estriada, Lampides boeticus. |
Interesantísimo. Como todo lo que publicas
ResponderEliminarMuchas gracias, Jorge, me alegra que te guste.
ResponderEliminarFascinante complejidad la de estos seres. Muchas gracias por descubrírnoslo, Jesús.
ResponderEliminarbuena entrada!
ResponderEliminarEstupenda entrada. Gracias,Jesús por mostrarnos cosas tan singulares del mundo natural. Un saludo.
ResponderEliminarMuy interesante todo. La mariposa es muy bonita. Saludos.
ResponderEliminarMuy buena clase de biología de bota
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