Me gusta especialmente el comportamiento de algunos animales que manifiestan una cierta curiosidad sobre nosotros. No se asustan y huyen a la primera de cambio, sino que nos observan, nos vigilan por si hacemos algo que les pueda suponer una amenaza o por si pueden sacar algo de provecho.
El sábado de la semana santa, por fin un día de sol, me sentí observado por las cabras montesas. Estoy seguro de que ellas se dieron cuenta de nuestra presencia apenas entramos en la dehesa, gracias a su privilegiada posición en las primeras peñas de La Pedriza. Sin embargo, no se asustaron, permanecieron pastando donde los roquedos se encuentran con los prados y la hierba crece jugosa en esta húmeda primavera. Pero, eso sí, teniendo las verticales masas graníticas al alcance de sus potentes pezuñas, que les permiten poner distancia entre ellas y los intrusos en apenas un par de saltos. Y así fue, dejaron que me acercase hasta apenas unos diez metros hasta que el sonoro silbido de una de las hembras las hizo alejarse... otros diez metros más, a lo alto de una roca.
En invierno las cabras bajan a los valles donde la nieve y el hielo no cubren el suelo o lo hacen con menos profundidad y donde es más fácil encontrar alimento. Solo la presencia humana, la sequedad y el calor bien entrado el verano, hace que prefieran los pisos montanos. Las rocas les dan seguridad porque nadie como ellas pueden trepar por las escurridizas peñas. Mis observadoras (y observadas) se encontraban al fondo de la Dehesa Boyal, en Manzanares el Real, con unas magníficas vistas al embalse de Santillana sobre cuyas aves traté en las anteriores entradas.
Los árboles dominantes en la dehesa son los fresnos en la parte más baja y las encinas en la más alta. Este año, gracias a las generosas lluvias, el suelo está empapado y encharcado, como les corresponde a los fresnos. En el año 2009 ya les dediqué una entrada a los árboles y a las cigüeñas de esta zona, por lo que procuraré no repetirme. Quien quiera puede visitarla pinchando AQUÍ.
Los árboles dominantes en la dehesa son los fresnos en la parte más baja y las encinas en la más alta. Este año, gracias a las generosas lluvias, el suelo está empapado y encharcado, como les corresponde a los fresnos. En el año 2009 ya les dediqué una entrada a los árboles y a las cigüeñas de esta zona, por lo que procuraré no repetirme. Quien quiera puede visitarla pinchando AQUÍ.
Este invierno me ha llamado la atención que se están podando muchos fresnos al estilo "cabeza de gato". No se está haciendo, me temo, por las razones que se hacía tradicionalmente y para mi gusto se está realizando de manera un tanto abusiva. No me disgusta que se pode tan radicalmente, lo que me preocupa es que se haga en todos los árboles a la vez. Pienso que, fundamentalmente para las aves, insectos y pequeños mamíferos, sería mejor que se podaran en dos o tres fases en distintos años, dejando algunos ejemplares frondosos donde puedan encontrar refugio. Ahí, en la Dehesa Boyal, veo un poco absurdo que queden las cajas nido para las aves colgando de árboles solitarios rodeados de fresnos mochos, cuando podrían estar en un entorno más discreto hasta que hayan crecido las ramas de los árboles del entorno para podar el resto.
Veo que no se poda por las mismas razones que antaño, porque entonces se cortaban las ramas al final del verano, para que los ganados aprovechasen las hojas verdes en el momento en que la hierba era escasa y cuando al árbol le venía bien librarse de algunas hojas para soportar el stress hídrico. Ahora, en cambio, se poda en pleno invierno cuando no hay hojas que aprovechar y, además, las ramas finas no se usan sino que se queman, como puede verse en los rescoldos de las hogueras que quedan en el suelo.
Tal y como estoy viendo, la madera gruesa tampoco se está utilizando para los nobles usos tradicionales. En cambio, se apilan en trozos cortos con destino a la chimenea. La madera de fresno no es valiosa para la construcción porque es atacada por diversos insectos y al aire libre puede pudrirse, pero sí es resistente para mangos de herramientas, piezas de carruajes, bastones, trineos, esquíes y otros ornamentos y usos en los que es importante una cierta flexibilidad para soportar presión sin partirse. Además, al humedecerla se puede curvar y dar forma que luego se endurece con el fuego como, por ejemplo, se hace con el mango de las cachavas. Se decía que la flexibilidad de un mango de mazo, pico o azada hechos con madera de fresno evitaba la reverberación en las manos cuando se golpeaba algo duro. Su docilidad para ser trabajada hacía que fuese una de las maderas favoritas de los pastores. Las cebillas, esa especie de collar de madera que aún se usa en el norte peninsular para sujetar al ganado en las cuadras, es una buena muestra de ello. En fin, que usarla para ser quemada me parece un desperdicio.
Hay que advertir, sin embargo, que los fresnos de esta zona son Fraxinus angustifolia mientras que los del norte son F. excelsior. Pero aparte de todas estas reflexiones sobre los podados fresnos, también disfruté de este lento pero implacable avance de primavera. Los pinzones, los mirlos y algunas especies más, cantan por todas partes, el suelo está empezando a llenarse de flores, narcisos amarillos y moradas romuleas y las zonas encharcadas se están cubriendo de las blancas flores de los ranúnculos. Las flores y lo poco que calienta el sol es suficiente para que los polinizadores se hayan puesto en marcha, mariposas (como la Lycaena phlaeas de la foto) y unos cuantos abejorros, Bombus, Xilocopa y alguna otra especie no tan fácil de identificar para mi, iban en busca de su alimento.
Y también disfrutamos de las evoluciones de un águila culebrera, Circaetus gallicus, cerniéndose a gran altura. Nos parecía imposible que desde esa distancia pudiesen distinguir a sus presas. Quizás no sea tanto la búsqueda de presas como las ganas de exhibirse defendiendo el territorio o cortejando a la pareja. De hecho la foto está muy recortada porque ni con el 400 mm pude hacer algo mejor.
Y también disfrutamos de las evoluciones de un águila culebrera, Circaetus gallicus, cerniéndose a gran altura. Nos parecía imposible que desde esa distancia pudiesen distinguir a sus presas. Quizás no sea tanto la búsqueda de presas como las ganas de exhibirse defendiendo el territorio o cortejando a la pareja. De hecho la foto está muy recortada porque ni con el 400 mm pude hacer algo mejor.
En un camino, marcado con las huellas de los camiones que vienen a por la madera, se les ha ocurrido hacer su puesta a los sapos corredores, Bufo calamita. Un lástima, pues tienen muchas posibilidades de ser atropellados cuando vuelvan los trabajadores y, en cambio, el lugar está lleno de otras zonas encharcadas más seguras. No tenía con qué trasladarlas, así que por esta vez actuará la selección natural u ocurrirá lo que tenga que pasar.
Fue un paseo corto pero muy agradable, nos quedamos con las ganas de haber hecho más recorrido. Volveremos, sin duda.
Impresionante la foto del abejero europeo. No sabía que podíamos disfrutarlo en el mismo Madrid.
ResponderEliminar¡Y tanto Sergio! Como que es una culebrera. Me había equivocado al identificarla y gracias a un amigo lo he corregido ya. De todas maneras sí que se ven abejeros en la Sierra de cuando en cuando. Lo que no te puedo asegurar es si están de paso. Supngo que sí. Los he podido ver en Navacerrada, en el Cerro de las Golondrinas, y también he visto citas en el blog de SEO Sierra de Guadarrama, que puedes enlazar en la lista de blogs amigos.
EliminarGracias por comentar. Seguiré tu blog, aprendiz aventajado.
Antes de que se me olvide, la mariposa es una Lycaena phlaeas.
ResponderEliminarUna pena que se trate así los frenos cuando no se va a aprovechar los restos cortados. Y como bien tú dices lo que influye en el resto de fauna del lugar esos desmoches tan drásticos. Por lo demás un paisaje muy bonito y un día primaveral vigilado desde las alturas de esas cabras de iris horizontales.
Un saludo,
Gracias Goyo. Sabía la especie de la mariposa gracias a Biodiversidad Virtual, donde también he puesto la foto, porque me asaltaron dudas al no verle las cortas "colas" características de esta especie. Pero es un error no haberle puesto en nombre antes.
EliminarSupongo que la razón fundamental del "desperdicio" de la madera es la falta de mercado.
Saludos.
Siempre es un deleite dejarse observar por las cabras monteses...un rasgo de confianza que sin duda les costó la desaparición de numerosas serranías, como sucedió a causa de la caza en la Sierra de Guadarrama y casi ocurrió en Gredos. Hoy las cabras están a salvo y las dehesas -con sus fresnos- deberían mantenerse a buen recaudo.
ResponderEliminarHola Javier.La población sí que parece que está a salvo, pero los individuos no. Este invierno la Guardia Civil ha detenido a unos furtivos que han tenido el dudoso honor y coraje de matar algunos ejemplares. Como puede verse por la facilidad con que he hecho las fotos ¡toda una hazaña cinegética!
ResponderEliminarUn abrazo
Fantásticas las cabras, mira que he estado en Gredos para verlas pero sin suerte....también se decia que los furtivos estaban haciendo estragos en la población. Lástima que no haya uso para la madera de fresno.
ResponderEliminarUn saludo
Abel
Hola Abel. En el mes de mayo del año pasado en el alto del puerto del Pico las cabras estaban a unos 20 metros de la carretera y también allí se dejaron acercar mucho. Y luego muchas más en los pinares cercanos. Por si te pasas por allí en esas fechas....
EliminarTremenda poda la que se observa en la foto, dejar así los árboles es un sinsentido. Económicamente dudo que obtengan mucho beneficio y además de los perjuicios que causarán a la fauna que convive con ellos no me extrañaría que algún pie se seque, igual es lo que quieren los que lo han hecho. Muy lamentable.
ResponderEliminarUn saludo
Hola Pedro. Los fresnos soportan bien esas podas, pero no tiene sentido si no es para sacarles la rentabilidad de antes.
EliminarLo peor es eso, que además los dejen así a todos de golpe. Y para colmo en muchas otras dehesas de la zona han hecho lo mismo. Tengo la impresión de que algún "espavilado" ha pagado una miseria por hacer esa atrocidad para vender la leña.
Qué bonito paseo y con gran variedad de fauna y flora. Como siempre, muy instructiva tu entrada. Un saludo.
ResponderEliminarGracias Enrique. La verdad es que no vimos muchas especies, pero estábamos un poco eufóricos por la llegada del buen tiempo. Saludos
EliminarGracias Jesus por otra gran entrada. De que forma se podria transladar la puesta de bufo?, por si me toca alguna vez. Un saludo
ResponderEliminarGracias a ti por comentar, Luis.
EliminarSe me ocurre que un buen sistema es con bolsas de plástico pequeñas (yo uso unas transparentes en las que vienen los cubiertos en el comedor del sitio donde trabajo). Al meter la bolsa en el agua, con la corriente, la puesta es empujada hacia el interior y las últimas vueltas de puesta se ayudan con la mano. Así se puede llevar a otra charca próxima.
Ojo no se puede usar la bolsa en distintos lugares porque podemos transmitir enfermedades. Una vez usadas las bolsas de una excursión se tiran.
En general, cuanto menos se manejen mejor, pero si es tan evidente que la puesta se va a perder, puede ser una ayuda.
Saludos.
Buenos días Jesus:
ResponderEliminarVivo los fines de semana en Mataelpino, soy muy aficionado a la naturaleza, monte, etc. Mi pregunta es, sepuede entrar en la finca del Boyal, está cerrada, no se por donde pasastes. Tienes permiso para entrar?
Saludos y gracias es un honor tener un vecino así
Hola Pedro:
EliminarYo creo que sí se puede pasar. El portón de coches está cerrado pero el lateral para peatones está abierto. Al menos el día que yo fui. Me refiero a las puertas que hay frente a la depuradora del Embalse, que es donde está hecha la última foto.
Además, desde la parte arriba también se puede pasar haciendo el recorrido del GR10 que pasa por esa zona. Es la zona donde fotografié a las cabras.
Si quieres más detalles escríbeme a jesusdorda(arroba)yahoo.es
Wonderfull, greeting from Belgium
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