La semana pasada comentaba cómo diversos insectos aprovechaban la mesa puesta que suponen las flores de madroño en esta época, en la que cada vez va habiendo menos plantas floridas, pero aún hay días lo bastante cálidos como para que los insectos estén activos.
Me disponía a hacer fotos de dichos insectos cuando me di cuenta de que muchas de las flores de los racimos tenían la corola perforada.
Tenía que buscar al "culpable" de semejante delito, así que me dispuse no solo a fotografiar los insectos que venían al madroño, sino también su forma de tomar el néctar de las flores.
Los más llamativos son sin duda los abejorros del género Bombus, que con gran inquietud van de una flor a otra sin dejarme hacer las fotos a gusto. Tengo que enfocar manualmente, porque están rodeados de objetos que engañan al enfoque automático y además no paran quietos, se ponen detrás del racimo, vuelven a salir, se colocan de espaldas o se asustan si me acerco demasiado. Ésta es la única aceptable después de muchos fracasos.Sin embargo, sí pude ver que su sistema de libar el néctar es metiendo el pico por la abertura natural de la corola. Igual que está a punto de hacer esta abeja de la miel.También descubrí unos pequeños escarabajos que entraban y salían tanto a través del orificio natural de la flor como por los agujeros hechos por el delincuente desconocido.Corté un racimo para observarlo más detenidamente y me sorprendió que muchas flores tenían escarabajos en su interior estuviesen enteras o mordidas. Quedaban como sospechosos pero no podía asegurar que fuesen culpables.Había al menos dos especies distintas y algunos, debo decir, que me dan muy mala espina.Varias especies de moscas acudían también al madroño. Especialmente este gran sírfido, casi perfecto imitador de abejas, que además tiene la costumbre de acercarse a mi cara zumbando cuando cambia de flor en un intento de asustarme, supongo.Éstas y otras moscas observé que, a veces, aprovechaban los orificios ya hechos para acceder al interior de la flor, pero en ningún momento hacen nada que se le parezca a intentar abrir los agujeros ellas mismas. Por último llegaron dos gordos abejorros Xilocopa que con mucha más parsimonia que los Bombus se dedicaron a recorrer las flores con tranquilidad, ¿y que hacían? ... pues perforar las corolas con gran maestría para alcanzar el néctar por el camino más corto.Aquí una prueba irrefutable.Y aquí en vista ampliada, por si quedaban dudas. Pude ver, y esta foto es la prueba, que así consiguen entrar en flores cuya corola aún no se ha abierto, adelantándose de esta manera a otros comedores de néctar.Conste que no dejo de sospechar, también, de los escarabajos, pero creo que ellos se dedican fundamentalmente a agrandar las cuchilladas que dan los oscuros abejorros.
Sé que son culpables y que quizás ese tratamiento va en detrimento de la producción de frutos en año próximo, pero me gustan tanto, que se quedan sin castigo. La pena es que no se dediquen a hacer nidos en algún sitio que pueda yo controlar para observar su comportamiento.
¡Me encanta tu actitud ante el vandalismo de semajantes animales! :D Por cierto, te has equivocado: en el momento en que empiezas a hablar de los Xilocopa, dices escarabajos; ¿no sería abejorros?
ResponderEliminarUn saludo.
Tienes razón, Guillermo, gracias.
ResponderEliminarYa está cambiado.
Esto es como lo de Alejandro con el nudo gordiano, se corta y listos !
ResponderEliminarMuy buena entrada.
A ese enorme abejorro negro-azulado por aquí en Aragón se les llama en algunos pueblos, zumbador, y a pesar de no tener aguijón los machos, y las hembras sólo utilizarlo en caso de peligro, provocan la estampida de los humanos cuando les sobrevuela. Picar no picará, pero si son capaces de perforar la madera, pueden meter un bocado de tiburón.
ResponderEliminarEste es como Terminator, si no cabe por la puerta para entrar en casa, lo hace a través de la pared.
La verdad es que su tamaño impone, pero he podido ver que son particularmente tranquilos, en una ocasión me subí a una escalera y estaba completamente rodeado por estos abejorros en la copa de un Cercis. Ni siquiera me amenazaron, como hacen las moscardas zúmbándote alrededor de la cara.
ResponderEliminarLas flores del madroño han ido tomando esa forma de ollita cerrada que favorece sólo a determinados insectos...Y van los Xilocopa, sin que nadie los invite, y las abren como latas de cerveza...
ResponderEliminar¡Si es que ya no se respeta nada!
(Bonita historia, y encima verídica)
Excelente apunte detectivesco.
ResponderEliminarEs sorprendente la biodiversidad alrededor que puede haber alrededor de un puñado de flores, y seguro no has retratado ni a la mitad.
Javier, no había visto nada de eso en la fauna ibérica. Lo más parecido son los colibríes de Sudamérica que mientras que algunas especies han desarrollado picos muy largos para adaptarse a flores tubulares, hay alguna especie que toman en atajo y perforan las corolas.
ResponderEliminarTrebol, sí, es impresionante. Yo también estoy seguro de que hay muchas especies más. Igual me ocurrió con las flores de menta el año pasado. Pero más curioso aún es que las especies varian de año en año en variedad y en proporciones. Mientras algunas especies como los Bombus y Xilocopa se ven todos los años, otras son muy abundantes unos pocos días y luego nunca más las vuelvo a ver.
Genial post y fotos Jesús.
ResponderEliminarEste otoño por fin estoy comiendo madroños en casa del arbolito que hace 6-7 años me regaló el amigo Roberto. Una delicia.
Un saludo
Hola Manuel, gracias.
ResponderEliminarYo prefiero aprovecharlos para licor. Me gusta más que el pacharán.
Ojito con los frutos muy maduros, también tenen alcohol y además son muy indigestos.
Me ha encantado este relato tipo Agatha Christie, me ha resultado muy divertido e interesante, estaba deseando descubrir al culpable.
ResponderEliminarMira qué cucos los Xilocopa. Los he visto algunas veces, siempre muy tranquilos y poco amenazantes. De hecho no considero amenazante a ningún insecto ni siquiera teniendo aguijón mientras me demuestre lo contrario.
Saludos Jesús!
Hola Jesús.
ResponderEliminarTe escribo para comunicarte que tu blog "Notas de Campo y Jardín" ha sido elegido como "Blog del Mes" en la iniciativa:
YO SOY AMIG@ DEL LOBO
Espero que te guste.
Un Abrazo, Alberto Quero
(webmaster de Carlos Sanz)
Hola Mamen. Es verdad, son más amenazantes los animales inofensivos que imitan a los que pican. Valga tanto para las serpientes (Natrix) que imitan a las víboras como a los moscardones que imitan a las abejas. Estar tranquilos ante la presencia de las abejas y abejorros es la mejor opción para no ser picado. Yo no puedo evitarlo, alguna que otra vez he acariciado a lo Bombus mientras los muy glotones tienen la cabeza metida en la flor.
ResponderEliminarGracias Alberto, me hace mucha ilusión. Espero que todas las iniciativas que seguís para defender al lobo tengan mucho éxito. Abrazos para Carlos y para tí
Excelentes observaciones Jesús! Esto que describes tan bien en este post es un fenómeno bastante frecuente en la naturaleza. Lo "sufren" muchas especies de plantas con flores tubulares, pero las consecuencias no siempre son negativas para la planta. Hay casos, como el que ilustramos en este vídeo, en el que la planta es polinizada también por estos ladrones de néctar. :-)
ResponderEliminarhttps://vimeo.com/65526941
Interesantísimo todo lo que cuentas, Jesús. Lo desconocía. Gracias!,
ResponderEliminarJosé Ignacio López Colón, 13 de noviembre de 2017,