jueves, 17 de diciembre de 2020

Las hormigas de mi jardín (2). Crematogaster scutellaris.

Empiezo, ahora sí, con las observaciones sobre hormigas realizadas íntegramente en mi jardín. La primera va a ser una que me resulta particularmente atractiva: Crematogaster scutellaris.

Obrera de Crematogaster scutellaris en la que se pueden observar bien los caracteres más distintivos: el abdomen terminado en punta dando forma de corazón al gáster, las espinas del propodeo (en el tórax) y el color rojizo de la mitad anterior. 

Dentro de la gran familia Formicidae, esta especie pertenece a la subfamilia Myrmicinae y es una de las más fáciles de reconocer, porque tienen el gastro (la parte gruesa final del abdomen) con forma de corazón y el extremo especialmente terminado en punta, lo que las distingue de otras especies parecidas. La cabeza y generalmente la parte anterior del mesosoma (tórax) es de color rojizo.

Vista dorsal de una obrera de la especie.

Es una especie que puede ser muy molesta, sobre todo en las explotaciones de corcho, pues tiende a anidar entre la corteza de los árboles y los alcornoques son un excelente hábitat para ellas, pudiendo alterar su producción. Cuando los trabajadores retiran los corchos de los árboles, estas hormigas, que pueden formar colonias de muchos miles de individuos, levantan el abdomen y emiten una feromona de alarma que pone en alerta a todo el hormiguero y atacan con ferocidad, mordiendo y soltando ácido fórmico.

Por el contrario, en los pinares son aliadas en la lucha contra la procesionaria del pino, pues consumen sus puestas. En otros cultivos pueden ayudar en el control de diversas plagas de insectos.

Nido descubierto en el suelo, bajo un tablón medio descompuesto. Se ven larvas en diversas fases de desarrollo.

En mi jardín anidan en varios lugares, la colonia más numerosa se encuentra en el muro de entrada, junto a la puerta y otras las puedo ver en distintos sitios de los muros de la casa. También se ven en árboles, sobre todo con grietas o desgarros, como corresponde a su biología y, sobre todo, en las hiedras. En el suelo es frecuente verlas bajo troncos putrefactos o tablones. En mi jardín tengo alguna tabla dejada en el suelo, pues diversos insectos, anfibios y reptiles agradecen el refugio que suponen, especialmente en verano, porque conservan la humedad debajo. No se conforman con aprovechar orificios, contribuyen a fabricar las paredes de su nido con madera masticada y tierra.

En primavera y verano se extienden por lugares adyacentes al hormiguero principal para formar pequeñas colonias satélite donde desarrollar sus crías. Sin embargo, dependen de la principal, pues sólo cuentan con una reina, es decir, son monoginas. Así, es frecuente verlas formando filas yendo del nido principal a los periféricos, incluso trasladando larvas. En invierno se repliegan al hormiguero central, donde vive la reina. Según he podido ver, no siempre vuelven a los nidos anteriores a la primavera siguiente.

Son de alimentación omnívora y pueden verse en plantas, incluidas las flores, libando el néctar, pero se ven más frecuentemente chupando los jugos azucarados que producen los pulgones. Debido a sus costumbres arborícolas es una de las especies más frecuentes “pastoreando” los pulgones de los árboles. Así, las he podido ver sobre los pulgones que había en las bellotas y agallas en formación de los robles melojos (Quercus pyrenaica), en los pulgones (Panaphis juglandis) de nogal (Juglans regia) y en los de las flores y frutos del granado (Punica granatum).

En las dos fotos, hormigas "pastoreando" pulgones en la caperuza de bellotas de roble en formación. Los pulgones apenas se distinguen entre las rugosidades. 

Crematogaster sobre los pulgones que atacan a las flores y frutos del granado. Es esta fase un buen chorro de agua a presión con la manguera, sobre las granadas en crecimiento, termina con el problema sin necesidad de usar insecticidas.

También es una de las primeras especies que localizan los insectos muertos del jardín y lo comunican a sus hermanas, por lo que rápidamente el insecto muerto se ve rodeado de hormigas dispuestas a despedazarlo y llevarlo al hormiguero. Como curiosidad, pude  calcular el tiempo que tardaron en despedazar totalmente una tijereta: desde que la vi hasta que se llevaron los últimos trozos pasaron cinco horas.

Desmembramiento y traslado de una tijereta muerta.


4 comentarios:

  1. Tus entradas sobre las hormigas me gustan mucho. Son muy interesantes.

    Saludos

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  2. Muy interesante. De estás hay muchas en mí jardín. Saludos.

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  3. Muchas gracias a las dos. Espero que os siga gustando esta serie, pues me quedan unas cuantas especies más.

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  4. Que buenas entradas sobre estas especies, lo que nos queda por aprender.
    Un saludo

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