domingo, 22 de agosto de 2010

La mariposa de montaña y el viento

Siguiendo con los bichos observados en la zona del Puerto de la Morcuera el domingo pasado, hubo un acontecimiento que me llamó la atención y me parece interesante anotar en este cuaderno de campo compartido.

Si bien el ascenso al Pico de los Bailanderos fue agradablemente fresco, sin apenas una leve brisa, de la bajada no pudimos decir lo mismo. El momento de pasar por las laderas de La Najarra, que es cuando pensaba entretenerme con la cámara, comenzó un incómodo viento que no me dejaba hacer fotos de insectos con tranquilidad. A pesar de todo me armé de paciencia e intenté hacer las que pude. No puedo decir que los resultados fuesen muy destacables, pero, como de costumbre, me excuso en su valor documental y no artístico, que es lo que se pretende.

Una de las mariposas que volaban este día en lo alto de la Sierra, era el ninfálido Melanargia russiae, conocido como medioluto montañera. Así posada en el suelo tomaba el sol, justo cuando empezó el viento y la mariposa fue arrastrada ladera arriba.Para localizarla cada vez que emprendía el vuelo me ayudaba mi hija que en un determinado momento, con gran sorpresa, exclamó: ¡ha caído muerta!

En efecto, esa es la sensación que producía y así lo repitió otras tres veces más. Cada vez que el viento arreciaba se dejaba caer al suelo de golpe y se tumbaba. Eso me permitió hacer la foto del reverso de las alas para asegurar su identificación. No se si será una estrategia doble, protegerse del viento y hacerse la muerta camuflada en el suelo, que era de color muy parecido, o solo por una de las razones, pero evidentemente se trata de un comportamiento de la especie que repitió varias veces.
Se ve que el ejemplar tiene las alas desflecadas y bastante descoloridas, mediados de agosto es el final de su ciclo de vida y estas serán las últimas que veamos este año. Las orugas pasarán el invierno escondidas entre las gramíneas de montaña que son sus plantas nutricias, bajo la nieve y el hielo. Esta es la medioluto ibérica más típica de las montañas. A medida que bajamos la veremos coincidiendo con otras especies más cosmopolitas, pero en lo más alto, solo queda ella.
Otro ninfálido de alta montaña es Satyrus actaea, al que dan el gracioso nombre común de sátiro negro.
Gracias a que había una buena cantidad de ejemplares en un lugar resguardado del viento, pude hacer alguna foto más decente. Esta especie, de biología muy parecida a la anterior, está también al final de su periodo de vuelo que se inició en el mes de julio. A las especies de montaña solo les da tiempo para una generación.
En la foto de arriba, en segundo plano, se asoma un ejemplar hembra que es de colores más claros y contrastados que el macho, que puede verse en la foto inferior.

El verano pasado ya hice un par de entradas con las mariposas de montaña como principales protagonistas, pero no sobre estas dos especies:

6 comentarios:

  1. En una de mis rutas de este mismo verano he encontrado lugares donde también eran muy abundantes. Muy interesante el comportamiento que describes de esta especie.

    Abrazos.

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  2. Es lo que tienen estas aguerridas mariposas de montaña, la aclimatación a zonas de meteorología tan cruda. Siempre las imaginamos volando en días de sol, pero como comentas Jesús, a pesar de estropearse el tiempo, valoro precisamente esa observación tan curiosa en el momento de arreciar el viento y ver la reacción de tan delicado insecto volador echándose al suelo o, abrigo adecuado para protegerse.

    saludos

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  3. Reconozco mi casi completa ignorancia en el tema lepidopteros. Leyendoos resultan animales interesantes y curiosos.... si no fuese por pequeño detalle de las orugas les tendría mas aprecio!!, pero uno es aficionado a la jardineria... y además muy rencoroso!! :)

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  4. Hola Jesus, muy buena entrada, me ha gustado mucho. Por aqui, hace como un mes tambien estuve haciendole fotos a una medioluto, que son unas mariposas muy bonitas...

    Un saludo.

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  5. Interesante observación de una conducta muy apropiada para susbistir en la alta montaña, donde los vientos son más que frecuentes. Seguramente todas las mariposas de montaña hayan desarrollado algún tipo de respuesta a la intensidad del viento, tan desmesurada para ellas.
    Saludos.

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  6. Muchas gracias colegas naturalistas y blogueros.
    La verdad es que a las mariposas, a veces por demasiado conspicuas, tendemos a no hacerles demasiado caso, pero tienen muchas cosas interesantes y comportamientos de cierta complejidad.
    Trebol, no olvides que la mayoría de las mariposas tienen las plantas nutricias muy específicas y, especialmente las diurnas, muy pocas atacan a las plantas del jardín. Más bien son amigas de las "malas hierbas" como cardos, ortigas, euforbias y demás "indeseables". De hecho, son la razón de que esté dejando espacios para estas plantas en algunos rincones de mi jardín.
    Eso sí, no seré yo quien defienda a las blancas de la col en un huerto. Aunque ahora reconozco que animé a mi mujer a poner coles de color en su parte del jardín con la secreta intención de que fueran atacadas por las mariposas y poder hacer fotos de todo el proceso... fracasé, pero este año repito, por si hay suerte.
    Saludos a todos los lectores no veraneantes.

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