Uno de los problemas que se atribuyen a las redes sociales es que sus usuarios llegan a considerar las opiniones de "influencers" no especialistas (o "influyente" que aconseja la RAE, en una batalla de antemano perdida) tienen el mismo o superior valor que la información de científicos profesionales en ese tema concreto. Es realmente preocupante la falta de criterio de quien escribe y de quien lee determinadas informaciones sin contrastar pero, en mi opinión, ese tema es más grave cuando procede de los que deberían ser profesionales de la comunicación.
Un Cuaderno de Campo con lo que observo en el jardín de casa, en excursiones y viajes. El jardín está situado en la zona de Mataelpino, al sur de la Maliciosa en la madrileña Sierra de Guadarrama, a casi 1.100m sobre el nivel del mar. Sencillas observaciones dan lugar a explicar procesos biológicos que todos podemos descubrir en nuestro entrono más cercano. Todos los textos, fotos y dibujos, salvo indicación expresa, son propios. Espero que se solicite permiso para utilizarlas.
lunes, 27 de enero de 2025
La información científica que nos llega desde algunos medios de comunicación.
En la información sobre temas relacionados con las Ciencias Naturales, es tan frecuente que se cuelen errores tan flagrantes, que uno se pregunta qué tipo de profesionales están detrás. Para mí la respuesta no es nada agradable y por eso prefiero no escribirla aquí, pero está claro que quienes escriben noticias como las que pongo a continuación, de profesionales de la información tienen muy poco.
En el caso de las noticias sobre fauna, que es lo que voy a mostrar en esta entrada, esos errores pueden ser simples faltas de ortografía (imperdonables en un medio de comunicación), identificaciones erróneas de especies o nombres mal puestos generalmente por traducirlos de otros idiomas sin ningún criterio, hasta verdaderas atrocidades de corta y pega para formar un artículo que no tiene ni pies ni cabeza y que demuestran que sus autores no saben, ni les importa, de lo que están hablando. Esos errores se suelen dar especialmente en las fotografías y en los títulos, salvándose, a veces, el artículo en cuestión.
Dejo a un lado los artículos totalmente tendenciosos debidos a ideas políticas o del mundo cinegético claramente intencionados, que no obedecen a la ignorancia sino a los intereses de determinados sectores, la mayoría de las veces económicos y en contra de la conservación.
Esos artículos suelen aparecer, como puede verse, en medios de internet, pero también en papel o en versiones digitales de periódicos impresos.
Una de las cosas que más me molestan es que parece ser que la finalidad es asustar a los lectores, por lo menos lo suficiente para que pinchen en el enlace. Lo de leer el texto completo es opcional. En ellos se hace cierto aquello de "no dejes que la realidad te estropee una buena noticia" o, al menos, un buen titular.
Después de este largo preámbulo paso a los ejemplos que he recopilado estos últimos tres meses que son, lamentablemente, una muy pequeña muestra.
Los ordeno por orden cronológico:
Empiezo por un anuncio de un curso sobre identificación de fringílidos disfrazado de artículo. Malo debe ser el curso cuando la foto del anuncio pertenece a un córvido, arrendajo concretamente, y no a un fringílido. ¿Se imaginan un anuncio de Cocacola con la foto de una lata de Pepsi? ¿O un artículo sobre el club de fútbol Barcelona que empiece con la foto de un jugador del Real Madrid? Pues eso...
Oye ¿Qué es un Kakapo que tengo que poner una foto? Pues un loro ¿no? Pon una foto del archivo, que todos son iguales.
Parece ser que hay especies que se convierten, no evolucionan. Los de la foto, por cierto, son guacamayos verdes, Ara militaris.
Tres pobres bichos para salvar un desierto, como no obedezcan las órdenes...
Este caso es un ejemplo de título rematadamente malo. ¿Tres animales? ¿Marruecos ordena? ¿No serán tres especies animales? Además el artículo trata de arruis, que es lo que se ha introducido en Marruecos, no de muflones. Ciertamente, en ocasiones a los arruis se les llama muflón del Atlas, pero muflón a secas es la especie Ovis orientalis musimon, mientras que el arrui es Ammotragus lervia. Creo que en un artículo de este tipo no es nada malo utilizar nombres científicos para aclarar las cosas.
Otra vez confunden la especie de la foto, paloma doméstica (Columba livia), por ir a lo más fácil, aunque una foto de paloma torcaz (Columba palumbus) no es tan difícil de conseguir. Además el título es totalmente tendencioso y da una imagen de invasión (aunque no sea un acontecimiento bélico) que no es real. De hecho, las palomas torcaces cada vez se están haciendo más sedentarias y migran menos. Los antes populares pasos de palomas, que se usaban para masacrarlas cazarlas en sus migraciones, han dejado de ser rentables en algunos lugares. También se han hecho más urbanas, es una evolución lógica, las migrantes se matan y las que viven en las ciudades, donde no se pueden cazar, sobreviven.
De nuevo dan un nombre erróneo aplicado a una especie. A un uapiti (Cervus canadensis) le llaman alce (Alces alces). Este es un error que se suele repetir en algunas películas estadounidenses e incluso en documentales, debido a una mala traducción, pues en Norteamérica le pueden llamar elk, nombre que en el norte de Europa se aplica también a los alces. Los uapitis son ciervos y durante mucho tiempo se consideraron una subespecie del ciervo que hay en Europa (Cervus elaphus) con el que puede hibridar. Así se ha hecho, introduciendo uapitis en algún coto de caza, con la intención de aumentar el valor de los trofeos, lo malo es que ha sido un fracaso porque el monte ibérico no da de sí para alimentar a estos enormes ciervos.
Gracioso vídeo, casi tanto como que pongan urraca con hache en el título.
La criatura marina que muestran en la foto, producto de la edición por ordenador, parece realmente preocupante, pero lo que preocupa a los científicos no es que se trate de un monstruo de las profundidades. De hecho, la protagonista real de la noticia, había pasado desapercibida porque es muy parecida a otra especie bien conocida.
Tres meses antes RTVE había dado la misma noticia con más seriedad. Por cierto, el "monstruo" mide apenas 13 cm de longitud y no tiene nada que ver con la imagen del titular anterior.
La preocupación de los científicos está basada en que la extracción abusiva de krill en la Antártida, así como otras actuaciones en ese entorno, pueda extinguir a esta especie que tiene una tasa de reproducción baja y a otras aún por conocer, alterando el ecosistema. Nada que ver con lo que parece mostrar el artículo de Huffpost para incitar a pinchar el enlace.
Ejemplo clarísimo de artículo con ganas de asustar. El autor del estudio original, Jordi Serra-Cobo, del que han sacado los datos, no se merece una noticia así redactada, ni mucho menos. En otras noticias mejor hechas y publicadas sobre el mismo estudio, se destacan los problemas que pueden dar los jabalíes en las ciudades por la transmisión de enfermedades, en concreto la hepatitis E, principalmente a través de las heces puestas en contacto con perros y gatos, animales que luego conviven con humanos y, lo más importante que no se hace en este artículo, las medidas que se pueden tomar para evitarlo: higiene general, lavarse las manos, no alimentar a los jabalíes ni acercarse...
La parte divertida es que confunden el dato de kilometro cuadrado por metro cuadrado, tanto en el subtítulo como en el texto. Realmente con 15 jabalíes por metro cuadrado en Barcelona no hay quien pueda vivir, más que nada por falta de espacio.
¿Qué decir de este titular? Que se llame colmillos a las defensas de los elefantes tiene un pase aunque sean incisivos, pero llamarles cuernos no lo hace ni un niño de primara en un trabajo del colegio. ¡Pobre elefante cornudo! ¡Dios mío!
Aquí no tenían fotos del elefante con cuernos y han colocado un pasillo del juzgado.
Un artículo que trata de nuestro pinzón europeo (Fringilla coelebs), con fotos de camachuelo carminoso (Carpodacus erythrinus). El error comienza en el subtítulo o entradilla, porque el pinzón vulgar no es endémico de Europa, sino que tiene una de las distribuciones más amplias entre las aves. Da la impresión de que confunden lo endémico con lo autóctono. Pero las fotos son bonitas, aunque no sean de pinzones.
Del anterior elefante cornudo al que muere por el mordisco de una rata. En este artículo no estoy seguro de si su autor no se ha leído el artículo original que ha copiado, si no lo ha entendido o si toma a sus lectores por tontos. En efecto trata de un roedor venenoso, pero no es venenosa su mordedura sino su pelaje.
Lo interesante de la rata crestada (Lophiomys imausi), es que asimila las sustancias tóxicas de las plantas de las que se alimenta y las concentra en su piel. Así, si un depredador intenta cazarla (zorro, felino, mustélido...) se intoxicará e incluso puede llegar a morir si la ingiere. Es decir, el mordisco lo recibe la rata crestada y no es ella la que muerde. Y, por supuesto, no muerde a los elefantes, el veneno acumulado en su pelaje sería tóxico si se suministrase a un elefante, pero es bastante poco probable que un elefante la llegue a morder, mucho menos comersela.
Otra cosa: no es de la familia de las ratas (Muridae), sino de los hamster (Cricetidae), pero ciertamente ese es su nombre común.
Ese animal tiene un diseño contrastado con líneas blancas, negras y marrones, como ocurre con los puercoespines también en África o las mofetas en América, para llamar la atención y que el depredador que haya tenido la mala idea de intentar cazarlo se lleve un mal recuerdo, pero no para matarlo sino para que no lo vuelva a intentar.
Desde luego, podemos estar seguros de que esta bonita rata, no va por las llanuras africanas mordiendo a los elefantes.
He dejado para el final este artículo porque no tiene desperdicio, es un despropósito de cabo a rabo. Y como el de las lagartijas se podría autotomizar para no meter tanto la pata. Voy a incluir trozos escogidos de texto y juzguen ustedes mismos:
"Para entender mejor estas diferencias, es
esencial primero definir qué se entiende por lagarto y lagartija. Los lagartos
pertenecen a la suborden Lacertilia, que incluye una amplia variedad de
especies con características diversas. Por otro lado, las lagartijas son un
grupo específico dentro de los lagartos, generalmente más pequeñas y con
ciertas adaptaciones particulares."
Es una gran diferencia las unas están incluidas en los otros, eso sí, son más pequeñas.
"Los
lagartos y las lagartijas también difieren en sus preferencias de hábitat. Los
lagartos se encuentran en una variedad de entornos, desde desiertos hasta
selvas tropicales. Algunas especies, como los geckos, han desarrollado
adaptaciones para vivir en entornos urbanos. Las lagartijas, por su parte,
prefieren hábitats más específicos, como áreas rocosas y soleadas donde pueden
calentarse rápidamente. Esta diferencia en la elección de hábitat influye en su
distribución geográfica, con lagartos presentes en casi todos los continentes,
mientras que las lagartijas tienen una distribución más limitada."
Si empezamos llamando lagartos a los geckos, lo de elucubrar de esa manera sobre la distribución geográfica y de hábitat ya no tienen importancia. ¿No hay lagartijas en selvas ni desiertos? ¡Lo que hay que leer!
"Algunas
especies, como los camaleones, son especialistas en cazar insectos con sus
lenguas largas y pegajosas. Las lagartijas, en cambio, son principalmente
insectívoras, alimentándose de pequeños invertebrados."
Es evidente, aparte de que los camaleones son lagartos y no lagartijas, que unos cazan insectos y otros son insectívoros, gran diferencia.
"Los lagartos pueden ser
ovíparos (ponen huevos) o vivíparos (dan a luz crías vivas), dependiendo de la
especie. Las lagartijas, sin embargo, son mayoritariamente ovíparas"
Unos pueden ser y las otras lo son mayoritariamente. Bueno, para conocer una especie de lagartija vivípara no tenemos que ir muy lejos, en los Pirineos tenemos la lagartija de turbera, Zootoca vivipara.
"El número
de huevos y el cuidado parental también varían; algunas especies de lagartos
cuidan de sus crías, mientras que las lagartijas generalmente no muestran este
comportamiento."
Aquí me han pillado, no conozco ningún lagarto que cuide de sus crías, pero todo puede ser... aunque no se haya descubierto aún.
Para finalizar: la de la foto es una lagartija, no un lagarto.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
Magnífico artículo que pone de manifiesto un lamentable panorama. Gracias por ello, Jesús.
ResponderEliminar