miércoles, 25 de agosto de 2021

La mariposa Lampides boeticus y su planta nutricia Colutea arborescens (1).

Otra de las plantas que puse en el jardín en la última remodelación, fue el espantalobos, cuyo nombre científico es Colutea arborescens. La conocí en el Jardín Mediterráneo del Museo Nacional de Ciencias Naturales y me llamó la atención lo duradero de su floración, así como sus curiosos frutos y la abundante presencia de mariposas y otros polinizadores sobre sus flores. Es decir, una planta autóctona ideal para un jardín y sin mucha necesidad de agua.
Mariposa Lampides boeticus sobre Colutea.
Me informé sobre ella y descubrí que era la planta nutricia de varias mariposas y en especial de la protagonista de esta entrada, el licénido llamado canela estriada, Lampides boeticus. Recogí entonces unas cuantas semillas y las planté en el jardín de casa, directamente  en el suelo.
El primer año apenas si salieron unas cuantas hojas y me temí que no prosperase y al siguiente creció pero no floreció. Pero al tercer verano creció y creció hasta formar unos desangelados, pero hermosos, arbustos de más de dos metros de altura y cargados de flores.
Las flores de Colutea, son típicamente de leguminosa, de un bonito color amarillo y tamaño considerable para lo habitual en esa familia.
Las Colutea son fabáceas, es decir leguminosas, y existen en la Península Ibérica tres especies muy parecidas entre sí distinguibles por detalles de la flor. Parece ser que pueden hibridar. Esta especie en concreto es típicamente mediterránea y, aunque de manera natural se da en suelos calizos, se ha adaptado muy bien a mi jardín, aunque esté en una zona de granitos y suelos ácidos.
Sus hojas son compuestas con cuatro a seis pares de folíolos, más el del extremo apical y las flores son amarillas que crecen en racimos no muy apretados. Como comentaba, tienen una floración larga, desde marzo hasta julio. En mi jardín, este año, sigue floreciendo a mediados de agosto, aunque sólo alguna que otra flor casi aislada.
Legumbres aún verdes, en desarrollo, de Colutea arborescens.
El fruto es una legumbre globosa, con un amplio espacio interior hueco donde crecen las semillas que, como veremos, es un entorno ideal para el desarrollo de las orugas de la mariposa.
Cuando maduran las semillas, las paredes de las vainas se secan y adquieren una consistencia como de papel, producen un peculiar sonido al rozarse las ramas con el paso de personas y animales o por acción del viento. Esa característica le ha valido numerosos nombres comunes como espantalobos, espantazorras, sonajas, etc.
Vainas con semillas maduras en su interior de Colutea arborescens. Por transparencia, se adivinan las semillas negras dispuestas en fila.
Empecemos ahora a descubrir los secretos de la vida de la mariposa y su íntima relación con esta, su planta nutricia. 
La canela estriada, Lampides boeticus, pertenece a la familia Lycaenidae. Es de tamaño más bien pequeño y no tiene la llamativa belleza de otros miembros de su familia, que destacan por el color azul intenso del dorso de sus alas o llamativos punteados en el reverso. Hay que verla de cerca para apreciar los bonitos ocelos de la parte baja de sus alas y las graciosas colas que las adornan.
Lampides boeticus libando en una flor de Colutea. Mientras su verdadera cabeza está escondida en busca de néctar, quedan expuestas las partes traseras de las alas. Los ocelos y colas parecen enteramente la cabeza de otro pequeño animal.
Se cree que los ocelos y colas de las alas de las mariposas sirven para llamar la atención a sus depredadores, especialmente aves, que lanzarán a ellos sus picos confundiéndolos con la cabeza provista de antenas y ojos. Así, la mariposa tendrá la oportunidad de huir, aunque sea algo maltrecha, y podrá reproducirse, que es su función en la vida.
Lampides evidentemente atacada justamente en los ocelos y colas, lo que le ha permitido sobrevivir.
Como puede comprender, mi sufrido lector, la primera vez que vi a estas mariposas en mi jardín me dio una inmensa alegría, pues veía cumplidas mis expectativas al plantar las semillas. Ahora solo faltaba esperar a contemplar su reproducción.

Hembra de Lampides boeticus. Se diferencia del macho por el dorso de las alas predominantemente pardo oscuro con escamas de color violeta en la base de las alas. Al contrario que los machos, es difícil fotografiarlas con las alas abiertas.

Macho de Lampides boeticus. Aunque pálido, el color azul violáceo de las alas lo distingue de las hembras. Las lucen abiertas en el extremo de las ramas para llamar la atención.
Para ser sincero la primera no la vi sobre el espantalobos, sino sobre las hojas y flores de otra leguminosa, herbácea, que hay muy cerca en el jardín: Lotus corniculatus. La había adquirido también en el vivero Arbolada del que hable en anteriores entradas. Es otra planta muy del agrado de diversas mariposas, como nutricia de sus orugas y como fuente de néctar. Ese año el espantalobos aún no había florecido, pero puede que se criasen las orugas en la Lotus, aunque no las vi hacerlo.
Lampides boeticus libando en flores de Lythrum salicaria, planta semiacuática muy productora de néctar que también tengo disponible para diversos polinizadores.
En la amplísima área de distribución de la canela estriada, prácticamente mundial, el espantalobos no es su única planta nutricia, hay muchas otras, en especial leguminosas, sobre las que se alimentan sus orugas. Pero en los lugares donde hay alguna especie de Colutea son especialmente abundantes. Las mariposas adultas (imagos) también aprovechan el néctar de muchas otras flores, ya que en sus numerosas y solapadas generaciones, desde la primavera hasta bien entrado el otoño, tienen que alimentarse de las especies disponibles en cada momento.
Momento de la puesta en los capullos de las flores.

Huevo de Lampides boeticus puesto sobre una hoja.
Mariposa que acaba de poner un huevo en el envés de una hoja.
Parece ser que lo habitual es que hagan la puesta de huevos en las flores y capullos, pero yo he visto muchos huevos en las hojas, e incluso a la mariposa en el momento de ponerlos, muy alejados de estos. No sé si las orugas al nacer serán capaces de buscar las flores o frutos por sí mismas o serán puestas perdidas ya que nunca he visto orugas andando o comiendo sobre las ramas y hojas.
Huevos puestos sobre los capullos.
Los huevos son puestos por separado, aunque en ocasiones cerca unos de otros. Debe haber una fuerte competencia por ocupar las vainas de semillas apenas empiezan a crecer, ya que nunca he visto dos orugas en el interior de alguna de ellas.
Las orugas se alimentan de las semillas cuando aún están verdes y en crecimiento, pero la vaina sigue desarrollándose aunque ninguna de ellas llegue a madurar. Cuando salga la oruga, haciendo un agujero en la legumbre para bajar al suelo a pupar, quedará vacía y hueca. Bueno, vacía del todo no, con sus excrementos.
Oruga de Lampides boeticus en el interior de una legumbre de Colutea.

Oruga de Lampides boeticus en el interior de una legumbre de Colutea.

He visto orugas de color verde y de color pardo, no sé si se trata de diferencias individuales o si depende de la fase o cercanía al momento de la muda. Creo que del tamaño no.

Y hasta aquí he llegado con esta entrada, pronto publicaré la continuación, pues aún quedan curiosidades por contar y quedaría una entrada demasiado larga.


4 comentarios:

  1. Fantastica. Cuando plante el año que viene te pediré consejo. Un abrazo

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    1. Y yo estaré encantado de dártelos y pasarte semillas si quieres.
      Un abrazo.

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  2. Gracias, Jesús, por ilustrarnos con tus fantásticas entradas; llenas de exquisitas narraciones y magníficas fotografías. Un lujo tus generosas aportaciones, que nos enseñan tantas cosas preciosas que ignoramos. Un abrazo.

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