domingo, 15 de noviembre de 2009

Póquer de frutos en el jardín

Como en una baraja francesa los palos del jardín fructifican de negro y rojo en otoño.
Por fin unos días de lluvia vienen a calmar el suelo reseco. La primera semana de noviembre unas tímidas nieves cubrieron las cumbres de Guadarrama pero casi pareció un espejismo pues los alternos días de sol y temperaturas suaves la hicieron desaparecer en pocos días.
Mínimos son los frutos de la madreselva, pero aprovechados por los pájaros, como lo muestra el excremento que quedó en la hoja.

Muy del gusto de los mirlos y estorninos, negros también, son los frutos del laurel. Luego, van dejando las semillas en cualquier rincón, especialmente los mirlos, que se mueven por los lugares más húmedos en busca de lombrices y a la vez dejan sus semillas con abono incluido, casualmente en el sitio más adecuado para su germinación. Luego tengo que ir retirando los plantones porque me invadirían todos los setos.
Ya es un viejo conocido en este blog el acebo que este año está a rebosar de frutos. No entiendo por qué no gusta a los pájaros que pasan por aquí. He hecho un experimento, he dejado frutos esparcidos por el suelo para ver si lo que les retrae son las hojas espinosas o simplemente que no tienen costumbre de comerlos.
Ya me ocurre con otros frutos del jardín, mientras que unos son devorados antes de madurar, como las nueces, otros pueden quedar en el árbol o arbusto sin que nadie les haga caso, como las almendras.
Otro frutillo rojo al que tengo especial simpatía, aunque no se prodiga demasiado en su fructificación, es el rusco (Ruscus aculeatus). Es una planta bastante desconocida en jardinería y me costó mucho encontrarla en un vivero. Lo más destacable de este arbusto es que lo que parecen hojas no lo son. Igual que ocurre en algunas plantas crasas en realidad se trata de tallos aplanados, llamados filoclados, que ejercen su función clorofílica como si fuesen verdaderas hojas. Esa característica se hace patente al ver que las flores crecen aparentemente en medio de la hoja y los frutos, en consecuencia, también. En la foto se pueden ver flores que no han llegado a fructificar y un hermoso fruto de 1,5 cm de diámetro. Esos filoclados están endurecidas y terminan en una punta espinosa. Las ramitas se pueden utilizar para adornos de flor seca en el interior de la casa. La poda de clareado le viene bien porque tiene tendencia a crecer muy espeso.No me puedo resistir a añadir un último fruto negro aunque me salga del póquer, dejadme que sea una especie de comodín en esta baraja. El olivo este año se ha beneficiado del calor y está dejando a las currucas y otras aves un plato de lo más energético para continuar su migración y resistir el invierno, ... cuando llegue.

11 comentarios:

  1. Aunque el campo ya ha desplegado todo su decorado. El frío, la nieve y la llúvia se hacen mucho de rogar, quizá demasiado... Como suelen decir los agricultores de estas tierras "el campo pide agua a gritos..."

    Lo de las aceitunas me deja un poco pensativo. Este año la cosecha se prevé muy muy abundante. A ver si tengo suerte y pasan por mis olivares miles y miles de currucas que liberen un poquitín de la pesada carga da los sacos y sacos que me tocará bajar de lo alto del monte... (je)

    Saludos

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  2. ¡Qué buena entrada! Con posts como este me doy cuenta de lo fantástica que es la blogosfera, ese poder aprender de unos y de otros, desde casa. ¡Avísanos, por favor, del final de la historia con el experimento de los frutos de acebo! Me llama la atención lo que comentas sobre las almendras, ya que por aquí precisamente... ¡nunca queda ni una! Los ratones de campo se comen hasta las de las ramas de la copa, que yo no sé cómo no se la pegan en el intento. ¡Saludos, Jesús!

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  3. Así que ¡el rusco! Haciendo una ruta por los Montes de Toledo me topé con ese arbusto, y me llamó muchísimo la atención porque ¡es verdad que parece que las flores crezcan directamente en las hojas! Nada parecido a lo que yo había visto hasta entonces. También estaba plagado de frutos rojos. Tanto me llamó la atención que le hice una foto. Qué curioso.

    En cuanto a las almendras, en el jardín de mi antigua casa, las que se las comen son las urracas. Y tienen una maña para abrirlas que es mucho mejor que la mia. Las golpean en el suelo con el pico hasta que las abren por la mitad. A mí me retumbarían los sesos :):):)

    Bonita entrada Jesús. Saludos!

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  4. Pero Anzaga, ¿te vas a aliar con las alimañas para tener menos trabajo? Bueno, hay "alimañas" que bien merecen el detalle.
    El primer año que fructificó el olivo los estorninos hicieron una masacre. ¡Me sentó a cuerno quemado! Ahora ya no hay tantos, debió ser un grupo migrante o algo así.
    No me sale rentable andar aliñando mucha cantidad, pero un frasquito o dos al año me hace ilusión.

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  5. Qué bien sembrado tienes el terreno. A mesa puesta para las aves!

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  6. Es verdad, Carmen y Naturalista, en otros sitios he visto que las almendras son muy cotizadas por la fauna. Mi suegro en la Mancha tenía manía a las urracas porque se las llevaban y además las escondían (como los arrendajos) quedando muchas olvidadas que luego crecían en los sitios más molestos, como entre las cepas.
    De todas maneras mi almendro dulce se me ha secado este verano, no sé por qué y otro de almendras amargas me ha crecido en la orilla del estanque y lo voy a tener que quitar este invierno. Creo que procede de una semilla del almendro del jardín de mi vecino, que también es amargo, con lo que puede que lo haya plantado una urraca, precisamente.
    Si nadie se come las almendras no sé si me merece la pena trasplantarlo.

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  7. Goyo, esa fue mi idea cuando lo fui plantando. Aún me quedan unas cuantas especies más por poner como espinos y endrinos por ejemplo.
    Gracias a todos.

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  8. Un crataegus, me encanta esa especie, como a las aves sus frutos y a los insectos sus flores.
    Planta Crataegus monogyna...

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  9. El acebo es una maravilla Jesús. Es una suerte tenerlo de fijo para, mirarlo todo el tiempo del mundo.

    Lo de las nueces, me ha llamado la atención porque en el pueblo, si uno se fija en el suelo, ve las nueces agujereadas por el ratón de campo. Y mirando más detenidamente, se observan algunos plumones y excrementos del cárabo que, de ésto sabe un poco.

    La tarea de las olivas, a diferencia de Anzaga (nada, sólo fueron unas pocas oliveras), ya están recogidas. Un poco pronto, pero era el mejor fin de semana. Al no haber helado, estaban tan agarradas que, dudo si el olivo quería desprenderse de ellas.
    La parte alta, la dejamos para que picoteen los demás.
    Saludos.

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  10. Goyo, el monogyna busco, en efecto, también a mi me gusta mucho pero algún esqueje que he plantado no llegó a prender. Parece mentira pero algunas plantas autóctonas se hacen de rogar. No quiero arrancar ninguno de los prados de mi entorno, no me parece bien. También tengo escaramujos y mi trabajo me costó, aunque parezca mentira, que prendiese un esqueje.

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  11. Javier, los ratones se ponen ciegos a comer olivas, incluso las pepitas roen (hay una entrada sobre ello y el motor del coche) pero no tanto los frutos secos.
    Con lo de las nueces tengo sospechas de las palomas torcaces y también de las urracas. A las dos las he visto posadas en el nogal pero no las he observado "trabajar"

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