Según la información histórica disponible, el primer rinoceronte vivo que llegó a Europa lo hizo por el puerto de Lisboa, el 20 de mayo de 1515. Le llamaban Ganda, pues ese era el nombre que traía de origen. Venía en un barco cargado de especias de Oriente y era un envío del sultán de Cambay al gobernador de Portugal, Alfonso de Alburquerque. Éste, a su vez lo regaló a su Rey, Manuel I, que más tarde lo hizo enviar como regalo al Papa León X.
Pero antes de volver a embarcarlo hacia Roma lo enfrentaron en duelo con un joven elefante. Entonces existía la idea de que estos animales se odiaban y que los rinocerontes "tenían el cuerno hecho para hendirse en el vientre de su enemigo". Ante una multitud ansiosa de ver sangre, como si de un circo romano se tratase, dicen las crónicas que el rinoceronte atacó al elefante, el cual huyó como pudo del enfrentamiento rompiendo una baranda.
Camino de Roma, donde esperaban enfrentarlo a un gran elefante blanco propiedad del pontífice, y después de haber pasado por Marsella, el barco donde viajaba Ganda se hundió en enero de 1516, ahogándose el animal cargado de cadenas.
Curiosamente se decía de él que era un animal manso y apenas podemos hacernos una idea de los sufrimientos que debió padecer en los siete meses que vivió en Lisboa más los correspondientes de sus viajes en barco. Así de triste comenzó la relación entre el mundo "civilizado" y los rinocerontes.
Ese ejemplar es el mismo que Durero dibujó e hizo sus famosos grabados, aunque el genial artista nunca lo llegó a ver y se valió de un boceto previo realizado por otra persona, así como descripciones que lo hacían semejante a una armadura.
Rinoceronte indio, Rhinoceros unicornis, en el Zoo de Madrid.
Casi quinientos años después, los rinocerontes siguen sufriendo por causa de la humanidad. En noviembre del año pasado la subespecie occidental de rinoceronte negro Diceros bicornis longipes, se ha declarado oficialmente extinguida.
Rinoceronte negro, Diceros bicornis, en el Parque Kruger
Todos los rinocerontes están en peligro crítico de extinción, excepto el rinoceronte blanco que se encuentra en menor grado de amenaza gracias a que parte de su distribución está en países como Sudáfrica, donde se encuentra en áreas suficientemente protegidas. Además, para casi todos ellos hay programas de cría en cautividad.
Es tristísimo, no solo que estos animales tengan que estar cautivos por el bien de su supervivencia, sino que a los ejemplares en exhibición les tengan que cortar el cuerno para evitar que sean muertos por los furtivos y ladrones.
También los museos y exposiciones de animales disecados, incluso colecciones particulares de trofeos de caza, están siendo asaltados para cortar y robar los cuernos. Tanto, que muchos museos están sustituyendo los cuernos originales por réplicas, aunque ello no ha evitado el destrozo y el saqueo. En el Museo de la Universidad de Lieja hay un cartel que indica "se exhiben réplicas por culpa de la estupidez humana"
Los ladrones esquivan la seguridad, gasean a los vigilantes e incluso utilizan motosierras ante el pasmado público. Y es que en el mercado negro el cuerno de rinoceronte cotiza más que el oro.
Y toda esta locura ¿Por qué?
Desde la antigüedad los cuernos de los rinocerontes se han utilizado para objetos de lujo con una cierta simbología, como los mangos de dagas orientales. Además existía el mito de que tenían propiedades afrodisíacas. Ahora, habiendo viagra, parecería que su valor debería bajar, pero la codicia humana, combinada con la estupidez, no ha tardado en atribuirle poderes curativos a las más variadas enfermedades. Y mientras haya quien lo compre, y especialmente en China se siga demandando, el negocio está servido.
El cuerno de rinoceronte no es otra cosa que queratina, el mismo material que compone el pelo, las uñas y pezuñas de cualquier otro animal. Si realmente esa queratina tuviese algo especial, que nadie dude de que algún laboratorio farmacéutico lo habría sintetizado. Pero la ignorancia es muy rentable a muchos niveles.
Estas tres últimas fotografías son de rinoceronte blanco,
Ceratotherium simun, en el Zoo de Madrid,
donde se sigue un programa de cría de esta especie y de la especie india.
Los datos históricos sobre Ganda están tomados del libro "El Rinoceronte y el Megaterio, un ensayo de morfología histórica", de Juan Pimentel. Abada Editores, 2010.
Hice otra entrada sobre rinocerontes, puedes verla pinchando AQUÍ
Preciosa entrada Jesús. Esta claro que la estupidez humana no conoce limites.
ResponderEliminarTerrible... ya, hasta los individuos de los zoos mutilados. Recuerdo ahora un cercado con ciervos y otros ungulados en un parque cercano a mi ciudad en el que apareció decapitado el macho más viejo de ciervo..., saltaron la valla, le pegaron un tiro y se llevaron el trofeo... En Sierra Morena y otras zonas con tradición cinegética los guardas de los cotos se sacan un sobresueldo recogiendo las astas caídas durante el desmoche pues los chinos y los rusos pagan bien el kilo de queratina...
ResponderEliminarLa elaboración de boticas con cuerno de rinoceronte en la medicina tradicional del lejano Oriente, demuestra la nula formación bioquímica de los médicos que recetan tales cosas. Destacan Vietnam, donde se puede encontrar a 28500 €/kg, y China, donde alcanza precios de más de 42000 €/kg. De todos modos los "valientes" cazadores occidentales tienen tanta culpa como la pésima "medicina oriental", de hecho la caza de estos animales debería estar terminantemente prohibida. Lo más triste es ver cómo estamos abocando a la extinción a estos gigantes teniendo la posibilidad de evitarlo con relativa facilidad. ¡Qué pena!.
ResponderEliminarUn saludo
A veces pienso que si de verdad somos Homo sapiens o Homo estúpido, la persecución llevada a cabo por personas que seguro matan rinocerontes y elefantes por que no tienen otro recurso en sus países de origen. Ven esta brutal caza como una salida a sus problemas económicos, pero los beneficios de tan brutal acto(por parte de estos individuos) solo recauda una pequeñisina parte de lo que realmente se cotiza el cuerno. Me parece increíble que para que unos consuman el cuerno y tomen los supuestos poderes mágicos, otros tienen que matar los bichos para subsistir a costa de su fauna. Este aspecto forja el cinismo humano hasta el límite máximo, con graves consecuencias para estas magnificas especies abocadas a la extinción simplemente por una atribución que realmente no tiene, Homo estúpido no tiene limites a la hora de conseguir los caprichitos que este simple primates desea.
ResponderEliminarUn saludo
Gracias Joaquín, un saludo.
ResponderEliminarJuanRa,gracias también por tu comentario. Pero los cuernos de gamos y ciervos no son de queratina, en los cérvidos los cuernos son de hueso. Sin embargo creo que tienen alguna otra utilidad y por eso son obketo de comercio. Al menos, es un comercio que no implica la muerte de los animales.
Los ciervos producen tejido óseo en un tiempo record en el reino animal y hay investigadores españoles estudiando su posible aplicación a la recuperación de la osteoporosis. Esperamos que puedan seguir investigando, si los recortes presupuestarios se lo permiten...
... ¡Y que lo hagan en España!
Hermosa entrada para una triste historia...que me recuerda aquel episodio en que asistimos perplejos a una auténtica persecución turística del rinoceronte en Kenia.
ResponderEliminarSaludos, Jesús.
Hola Pedro y Abel,
ResponderEliminarLos cazadores también han tenido gran parte de la responsabilidad de la situación del rinoceronte, pero también es cierto que si se han criado en determinadas zonas ha sido para poderlos utilizar como "ganado cazable".
Sin duda la puntilla se la pone el precio alcanzado en el mercado negro, principalmente oriental que ha hecho proliferar a los cazadores furtivos y delincuentes de la peor especie.
Como decía en la entrada anterior sobre los humedales, los furtivos están matando su futuro pues los rinocerontes vivos son los que traen riqueza en forma de turismo, sea de caza o fotográfico y de observación.
Cierto, Javier, aquel guía no podía comprender que prefiriésemos irnos de Kenia sin ver un solo rinoceronte si ello suponía molestar al animal como le estaban molestando el resto de los turistas en sus camionetas.
ResponderEliminarPero allí, al menos, están vivos.
Otro tema interesante el del turismo naturalista irrespetuoso con lo que teóricamente vienen a ver.
Claro que es lo mismo que el que sube a nuestra Sierra y deja tirada la basura. El nivel adquisitivo no tiene nada que ver con el nivel educativo.
No hay que irse muy lejos para ver cafres...
ResponderEliminarY como casi todo, se reduce a gente egoísta que se aprovecha de la ignorancia de los demás...
Un animal tan bello que tenga que estar mutilado y bajo vigilancia...
Una pena.
Hola Jesús:
ResponderEliminarComentas que en el Museo de la Universidad de Lieja hay un cartel que indica: "se exhiben réplicas por culpa de la estupidez humana". Creo, que de seguir así, dentro de no mucho tiempo, orbitando en la inmensidad del universo, habrá una copia de nuestro planeta exhibiendo la misma aclaración.
Hola Goyo y Daniel.
ResponderEliminarNo todo el mundo es así, ni siquiera la mayoría, pero unos pocos destrozan por todos.
Y creo que la única solución es la información y la educación. Una pena, que no parece que los políticos vayan por ese camino.
Mientras tanto, haremos lo que podamos.
Hay quien piensa que creer en las "paraciencias" como esa patraña de ciertas medicinas tradicionales y acientíficas, no hace daño, pero que se lo pregunten a los osos, tigres, rinos, ...
Gracias a los dos por comentar.
Una nota muy triste.
ResponderEliminarEn 2010 tambien se notifico la extincion del ultimo rinoceronte de Java de la subespecie vietnamita (Rhinoceros sandaicus annamiticus)asi como la subespecie de Bengala (R. sandaicus inermis) ambos a manos de furtivos que pretendian vender los cuernos a boticas chinas
Solo una aclaracion, el imperio romano solia llevar rinocerontes vivos a los circos de su capital para enfrentar a elefantes y organizar partidas de caza en vivo; supuestamente los persas llevaron tambien rinocerontes a Grecia como armas pero de eso no estoy seguro
Saludos
Por cierto, esta frase:
ResponderEliminar"se exhiben réplicas por culpa de la estupidez humana"
Me parece triste la mires por donde la mires. Quiere decir que es mejor exhibir animales vivos? Estoy en contra de recluir animales en "zoo-ilógicos" , los animales tienen que estar donde tienen que estar y el que quiera verlos vivitos que acuda allí donde están, en su medio, no en medio de un ciudad, por muy acondicionado que esté el zoo. Ilógico.
No, Goyo, vuelve a leer, estamos refiriéndonos a museos, no a zoos. Es una pena que un Museo que tenga un ejemplar de rinoceronte, seguramente cazado hace casi 100 años, expuesto al público, tenga que cortarle en cuerno original y sustituirlo por un cuerno falso para evitar que los ladrones hagan un destrozo para podérselo llevar.
ResponderEliminarPosiblemente el público no pueda diferenciar el cuerno original del auténtico, pero tampoco lo haría si en un museo de cuadros se retirasen todas las obras originales y se expusiesen réplicas.
El corte de cuernos preventivo en animaleas vivos se está haciendo en determinados programas de cría, tanto en zoos como en parques en la naturaleza y es para evitar que los furtivos los maten.
Hasta hace poco solo había comercio ilegal de cuernos obtenidos por la caza furtiva. Ahora hay verdaderos profesionales que van de país en país robando cuernos en los museos. En este año pasado, que se sepa, se han robado en Europa un centenar de piezas en una veintena de ciudades distintas.
Y no es solo el cuerno que se lleven, es que destrozan una pieza, una vitrina y lo que se les ponga por delante.
Saludos.
Gracias por los datos, Coyote. En algún sitio he leído que de ahí viene la leyenda de los unicornios, aunque en representaciones pictóricas el unicornio es muy diferente.
ResponderEliminarLo que sí es cierto, con seguridad, es que ninguno está tan bien datado como la historia de Ganda.
Saludos.
La historia se ve venir en un acto típico de actuación humana. Lo primero que observo mientras leo como el pobre rinoceronte va cambiando de manos es, de que manera se lo quitan de en medio como si fuera un regalo que, aunque curioso, resulta incómodo. Y, he aquí, de repente, la curiosidad humana se pone a funcionar tal y como lo hace en la actualidad, buscando cínicamente el enfrentamiento y la muerte violenta de uno de los dos enormes animales para disfrute de masas.
ResponderEliminarQuizá en un futuro alguien los críe para comerciar con sus defensas y poder abastecer así la ignorancia de tanto impotente sexual de oriente.
Saludos.
Pues sí, Javier, has acertado, pero no hace falta irse al futuro, según en National Geographic del mes de marzo ya hay un criador que tiene más de 700 rinocerontes en Sudáfrica a los que les corta el cuerno cada 2 años. Sin embargo parece que las leyes actuales no permiten poner estos cuernos en el mercado. Hay todo un conflicto al respecto.
ResponderEliminarSaludos.
No puedo creer lo que leo, no sabía que el tema de los cuernos llegaba tan lejos. Igual que la ignorancia y estupidez humana, sí. Triste.
ResponderEliminarHe llegado a tu blog buscando referencias para completar una entrada sobre la codicia y la estupidez humana.
ResponderEliminarMe ha impresionado la historia que cuentas del primer rinoceronte llegado a Europa, ya que, desconocía por completo ese hecho. Sacarlo de su entorno terrestre para que terminara ahogándose, cubierto de cadenas, en mitad de la mar, clama al cielo de los rinocerontes.
Solicito tu permiso para mencionar en mi futura entrada de fecha 29/11/13, en el blog "Amontonador urgente de palabras", tu reseña sobre sobre el robo de los cuernos de estos fabulosos seres.
Saludos.
Sin problemas amontonador, gracias por preguntar. Si das datos históricos sobre la historia de Ganda ya sabes que a quien debes citar es al historiador Juan Pimentel, autor del libro.
EliminarSaludos.
Tengo entendido que en el centro de Madrid hay una calle que va desde la Gran Vía hasta la plaza del Carmen. Se llama Calle de la Abada y su nombre viene de un término portugués que designa a la hembra del rinoceronte. Quién lo iba a decir...
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