A modo de intermedio entre los días de frío, me repliego a mi cuartel de invierno, es decir a la terraza cerrada, donde puedo experimentar a hacer fotos a las flores que allí se encuentran con relativo confort. Está orientada al sur y recibe el sol de pleno, que en invierno solo se tamiza por las sombras que se dan las plantas unas a otras. En verano un toldo se encarga de sombrearla.
Me llama la atención, en mi terraza, que algunas de las plantas que florecen en invierno son de aspecto particularmente exótico. Aunque quizás sea provocado por nosotros mismos al seleccionarlas en los viveros.
Y como muestra, esta flor llamada
ave del paraíso o flor de pájaro, Strelitzia reginae, que ofrece un aspecto realmente tropical, al que solo falta un colibrí para completar el cuadro. Eso no sería posible en su hábitat original, que es Sudáfrica, aunque sí es polinizada por otro tipo de aves.
Se escribe de ella que puede florecer en cualquier época del año y que, teniendo un macizo numeroso de estas plantas, podremos disfrutar de sus flores durante todo el año. La mía tiene gusto por el invierno y eso que cuando hiela en el exterior aquí puede bajar la temperatura a tan solo uno o dos grados centígrados. En zonas de clima benigno, donde no hay heladas, se puede tener en el exterior y en los jardines canarios ofrecen tan magnífico aspecto que hay quien cree que son originarias de las islas afortunadas.
Igualmente atractivos, aunque muy diferentes, me resultan los cactus epífitos que se cultivan perfectamente en cestos colgantes. Se les llama cactus de Navidad, Schlumbergera truncata o el sinónimo Zygocactus truncatus. Suele recomendarse para ellos temperaturas más altas, pero en mi terraza crecen más que bien. Si acaso, sufren en el verano por el exceso de sol.
Además del atractivo de esa cascada florida, las flores vistas en detalle son toda una belleza.
Hay variedades de diferentes colores de flor. Las más comunes son de color rosado, pero también hay rojizas y anaranjadas y, las más delicadas, de color blanco.
Yo no soy especialmente buen jardinero, pero es que esta planta es de las más agradecidas que he tenido. Hay otra especie muy parecida, el cactus de Pascua,
Hatiora gaertneri, con flores de color rojo intenso y menos tubulares, que aparecen en primavera.
En mis macetones colgantes hay de las dos especies entremezcladas y de distintos colores. Me vinieron de regalo y durante un tiempo creí que se trataba de dos floraciones de la misma planta, pero no es así, las que florecen en distintas épocas son especies diferentes . Para conseguir un conjunto espectacular, recomiendo adquirir plantas de distintos colores cuando tienen las flores, Schlumbergera en invierno, de varios colores, y Hatiora en primavera. Es inevitable que las formas salvajes (rosadas) dominen a las más sofisticadas y delicadas, así que se pueden dejar en macetas separadas dentro del macetón grande para evitar la invasión.
Y para terminar, otra de mis favoritas: los ciclámenes, Cyclamen persicum. Como podemos deducir de su nombre científico, proceden de Oriente Medio. Su color original es rosado, pero hay muchas variedades distintas. Los libros y páginas web recomiendan complicados sistemas para que florezcan año tras año, pero yo las tengo bastante abandonadas y allí siguen regalándome sus preciosas formas y colores.
Eso sí, hay que cuidar muchísimo que la planta no se moje al regarla, aunque el suelo se mantenga húmedo. Yo tengo riego por goteo, cada día en tiempo caluroso y cada quince en invierno. Parece que les gusta, porque no paran de florecer... incluso en verano.
Abajo pongo un vídeo del interior de un ciclamen. En la segunda secuencia aparece lo que creo que es un colémbolo y en la tercera y última, un ácaro perfectamente camuflado.
No pretendo hacer una entrada sobre cómo mantener estas plantas, solo mostrar las peculiaridades de mi instalación y sus buenos resultados. Hay páginas especializadas mucho más recomendables.