Continúo con las especies de aves que he podido fotografiar más o menos dignamente en el embalse de Santillana a lo largo de estos últimos años, aunque soy muy consciente de que afortunadamente hay muchas más especies de las que aquí pongo. Por cierto, que en la entrada anterior he añadido una imagen de ánades frisos, que tenía olvidados y ahora me he recordado de ellos al poner la foto del cormorán.
Una mañana de invierno pude seguir las evoluciones del andarríos chico, que tan pronto metía todo el pico dentro del agua como picoteaba algún bichillo de la orilla o que pasase flotando. La verdad es que no sé muy bien qué podría encontrar, porque hacía mucho frío e incluso en algunos lugares, donde no había movimiento de agua, el hielo cubría las orillas. No sé cómo soportan el frío en las patas.
Andarríos chico, Tringa hypoleucos |
En cambio, los chorlitejos procuran no mojarse y se mantienen justo al borde del agua con sus rápidas carreras, que parece que tengan ruedas o como esos personajes de dibujos animados que giran las piernas sin mover el cuerpo. Y de vez en cuando, un corto vuelo, para alejarse de ese intruso con cámara de fotos.
Chorlitejos chicos, Charadrius dubius |
En el otro extremo del embalse, lo más alejadas posible de las personas que pasean por las orillas los fines de semana, cerca de donde en la entrada anterior fotografié los cientos de gaviotas sombrías, es el lugar donde se reúnen las cigüeñas. Es curioso, solo unos cientos de metros más allá están sus nidos donde parmanecen separadas por parejas, pero aquí, a la orilla del embalse se reúnen. Muchas de ellas sabemos que acuden a comer, también junto a las gaviotas, al cercano vertedero de Colmenar Viejo. Aquí más bien descansan o quizás charlen sobre sus asuntos:
- "Este año parece que viene bien de agua y vamos a poder comer ranas y sapos"
- "Y yo que venía del nogte de Fgansia buscando un poco de sol"
- "Otgo año me voy a Afgica"
- "No te creas, aquí tienes la comida asegurada en el vertedero y no hay que volar tanto"
- "Este año parece que viene bien de agua y vamos a poder comer ranas y sapos"
- "Y yo que venía del nogte de Fgansia buscando un poco de sol"
- "Otgo año me voy a Afgica"
- "No te creas, aquí tienes la comida asegurada en el vertedero y no hay que volar tanto"
Grupo de cigüeñas, Ciconia ciconia. |
Y también allí, cuando las gaviotas levantan el vuelo, quedan al descubierto las garzas reales, más flemáticas y menos asustadizas.
Garzas reales, Ardea cinerea. |
El embalse de Santillana fue el lugar donde por primera vez vi los cormoranes. Por aquel entonces en medio del agua, frente al castillo, se asomaban unas ramas de árboles, posiblemente fresnos, que hace mucho que desaparecieron. Entonces era mucho menos frecuente verlos en las aguas del interior peninsular. Ahora no están esos árboles, pero siguen fieles a su costumbre de posarse en lugares rodeados de agua, como esas rocas, donde extienden sus alas para secarse.
Cormorán, Phalacrocorax carbo y un ánade friso que se asoma por detrás y nos da una idea de su respetable tamaño. |
Parece que es más propio de bosques de ribera la visita, aunque sea invernal, de los martines pescadores, pero también aquí se dejan ver de cuando en cuando, tanto en los árboles cercanos al agua como en las rocas y palos de la orilla desde donde pueden otear en busca de pececillos.
Martín pescador, Alcedo atthis. |
Naturalmente hay muchas otras especies de aves no estrictamente acuáticas o ligadas al agua que pueden observarse en el entorno del embalse, como la lavandera blanca, haciendo honor a su nombre en la orilla del agua, moviendo la cola como dicen que hacían las mujeres que iban a lavar al río con sus palas para golpear y estrujar la ropa.
Lavandera blanca, Motacilla alba. |
O este carbonero que parece invitarnos a leer los carteles informativos sobre los peces del embalse, puestos hace no muchos años, pero que ya dan muestras de deterioro. La mayoría de estos peces son especies introducidas y seguro que con ellos llegaron las almejas chinas invasoras.
Carbonero común, Parus major. |
Igualmente los ubicuos y simpáticos petirrojos alegran los árboles de ribera con sus movimientos casi espasmódicos.
Petirrojo, Erithacus rubecula. |
Y, de cuando en cuando, alguna que otra especie más, que acude a beber.
Pardillos comunes, Acanthis cannabina. |