"El Aye-aye no es una exclamación de dolor, sino el nombre de un extraño y pequeño mamífero de Madagascar ..."
Así comenzaba un artículo que apareció, cuando yo era un niño, en unos carteles de ADENA firmados por Félix Rodríguez de la Fuente. Trataba sobre la grave situación de amenaza que sufría esta rara especie y los proyectos para su recuperación.
A mí, hasta hace bien poco, sí se me escapaba una exclamación de dolor y rabia y recordaba esa frase cada vez que veía al ejemplar de aye-aye, que se mantenía en las pésimas condiciones de unos almacenes del Museo de Ciencias fuera de Madrid. Afortunadamente, para esta pieza en concreto, la vitrina lo protegió del polvo y las humedades, no todas pudieron decir lo mismo.
Por eso, a la más mínima oportunidad que me dieron, el aye-aye fue uno de los animales rescatados del olvido para ser colocado en una de las exposiciones permanentes del Museo Nacional de Ciencias Naturales titulada "BIODIVERSIDAD".
El aye-aye ha pasado a ser un ejemplo, como en aquel artículo que leí de niño, de qué y cómo debemos conservar. Es un ejemplo de singularidad evolutiva: la única especie en su género y en su familia perteneciente a un grupo, los lemures, de por sí particulares y que, además, habita en una isla y en un ecosistema seriamente amenazado.
Igual suerte habían corrido otras piezas, como el esqueleto de canguro que hasta fue protagonista gráfico de un artículo del diario El País, titulado "El museo de los horrores".
Ahora, limpio y restaurado es una de las piezas protagonistas de la nueva exposición en una vitrina dedicada a mostrar la anatomía comparada a través de los esqueletos de aves y mamíferos. Poco a poco vamos sacando a la luz estas piezas de museo. Piezas en peligro de extinción.
Nunca está de más recordar que la mayoría de estas piezas, animales taxidermizados y esqueletos, tienen entre 150 y 80 años de antigüedad, alguno aún más y muy pocos menos, que proceden de algún zoológico que los ha donado a su muerte. Ahora no se mata ningún animal con esta finalidad, y servir a la educación de las generaciones presentes y futuras es el fin más noble que pueden tener sus restos.
A primeros de abril se inauguró esta exposición en la sala principal de la sección de Zoología del Museo y a mi me tocó colaborar en su realización.
La exposición se divide en tres secciones. En la primera se explica qué es la Biodiversidad, cómo se manifiesta y distribuye. La segunda trata sobre la evolución, mecanismos evolutivos, selección natural y artificial. Y la tercera y ultima parte, sobre la extinción y la conservación de la Biodiversidad.
Mi trabajo consiste en distribuir los contenidos, desarrollados por científicos especialistas, intentar si es preciso, adecuar los textos al nivel del público del museo, y seleccionar las piezas y el modo de colocarlas para que puedan ayudar a explicar esos conceptos. También propongo y desarrollo temas concretos, como este de los cuernos, entre la diversidad de formas, ...
... o el ecosistema en el entorno y el interior de un búfalo africano, como ejemplo de que también es Biodiversidad la forma en que se interrelacionan los organismos entre sí y con su entorno.
Como doy a entender más arriba, mi empeño personal es poder sacar el mayor número posible de piezas a la exposición. Y entre ellas hay algunas de especial importancia, como el elefante africano, que está próximo a cumplir los 100 años de edad,....
... y la jirafa, que por ciertos maltratos que tuvo en tiempos pasados ahora se ha quedado como muestra de las esculturas que hay bajo las pieles de los animales taxidermizados por los hermanos Benedito.
También se expone una muestra de especies extintas, entre otras: el alca gigante, unas réplicas de cabeza y huesos de dodo y nuestro espectacular lobo marsupial.
Desde que se inauguró la exposición algunos de los especialistas que participaron en su desarrollo han ofrecido conferencias y visitas guiadas explicando sus contenidos científicos. Ahora, el 3 de julio a las 7 de la tarde, me toca a mi hablar. Pero no voy a centrarme en los contenidos conceptuales, sino en muchas otras cosas que las piezas nos pueden contar. Estáis todos invitados. La entrada es gratuita.
El pasado 10 de abril pude visitar el museo y ver la exposición en compañía de unos amigos. Volvíamos de Marruecos y la casualidad hizo que acabásemos en el MNCN y la verdad nos encantó. Desde entonces recomiendo a todo el mundo su visita, merece la pena trasladarse a Madrid sólo para eso. Enhorabuena por vuestro trabajo.
ResponderEliminarUn saludo!
Javier
Muchas gracias, Javier, me habría gustado saludarte personalmente, la próxima vez acuérdate de que ahí dentro estoy.
EliminarLástima que no estaré en Madrid para tu conferencia... espero volver a tiempo de ver la exposición.
ResponderEliminargracias por el post.
No te apures, Fernando, la exposición es permanente. Por fin se ha dejado de hacer mastodónticas exposiciones temporales en esta sala para sacar los "bichos" de los almacenes y darles la tranquilidad y el respeto que no se les ha dado en los últimos 25 años.
EliminarHola
ResponderEliminarEl lobo marsupial del museo siempre me fascinó, por cierto aunque se les da por extintos aún hay rumores por Australia de que pueda quedar alguna pequeña población aislada.
Intentaré ir a la conferencia, pero no puedo asegurarlo.
Un saludo
Mucho me temo que es un caso perdido. Los documentos aportados son tan fiables como los del Big Foot, el Yeti y el monstruo del lago Ness.
EliminarGracias Pedro.
Nos has metido las ganas en el cuerpo de ir a ver la exposición, Jesús. Yo ya he decidido que me acercaré a visitarla, y a ser posible, el 3 de julio para poder de paso asistir a tu conferencia.
ResponderEliminarUn saludo.
Esa era la intención, je, je. Si te pegas el viaje me vas a crear cargo de conciencia. Espero no decepcionarte. También es muy reciente la exposición de Fósiles, Minerales y Evolución humana,.... ¡por el mismo precio! ;-)
EliminarEn unos días voy a estar sin conexión, así que disculpadme si tardan en salir vuestros comentarios y mi respuesta. Gracias.
ResponderEliminarA mí me pilla un poco lejos, así que me conformaré, por lo pronto, con tus explicaciones en esta magnífica entrada. Pero si pudieras grabar tu exposición y subirla a YouTube, muchos te lo agradeceríamos.
ResponderEliminarUn saludo.
Gracias por tu interés, es posible que se ponga en la mediateca del CSIC, estaré atento y pondré el enlace.
EliminarSaludos
Con la cabeza que tengo es posible que se me olvide, pero sino alli estare uno de esos dias. Un saludo
ResponderEliminarPues espero que vengas, Luis, con tu cabeza incluida.
EliminarSaludos
Hola Jesús, me gusta mucho como esta estructurada la expo. Me recuerda a esos científicos-exploradores del siglos pasados…….por otro lado el trabajo de taxidermia es todo un arte. Tengo que pasarme por Madrid en julio a ver si puedo asistir y saludarte.
ResponderEliminarUn saludo
Abel
Ojalá sea así.
EliminarPor cierto, Mario me dio recuerdos para ti.
Saludos
Muchas gracias a los que habéis acudido a la charla, espero que os gustase. Lamentablemente, dadas las fechas, no había personal para hacer la grabación, así que esta vez no puedo subir el vídeo a la red para que lo veáis.
ResponderEliminarHola Jesús. Gracias a ti por habernos invitado a asistir. Fue muy interesante, tanto la charla, como la visita a la exposición. Yo sí que saqué algunas fotos que he colgado en el blog Ría de Ribadeo, así que ahí estás para la posteridad, je, je, je.
EliminarUn cordial saludo.
Hola Enrique, han entrado tres comentarios tuyos, supongo que has tenido algún problema en el envío. Este es el más completo, por eso es el que he hecho publicar..
EliminarSaludos y... ¡Hasta pronto!
Qué pena no haberme enterado a tiempo (me entero ahora).
ResponderEliminarMe hubiera encantado acercarme a la charla y a ver la exposición.
Un saludo,
Honorio
Pues también lo siento Honorio. Pero aunque no llegues a tiempo para la charla, ya sabes que la exposición durará bastante. Y yo allí estaré.
ResponderEliminarMenos mal que el Museo de Ciencias Naturales es el hábitat de un profesional tan eficiente, responsable y brillante como tú, Jesús.
ResponderEliminarSaludos y gracias.
Gracias Javier, te has pasado, pero te lo agradezco.
EliminarQuizás yo también esté en peligro de extinción junto a las piezas apolilladas.
Un abrazo.