Montones de veces habremos leído eso de que en el campo sin brújula podemos saber donde está el Norte mirando los troncos de los árboles. En la zona Norte (en nuestro hemisferio, claro), al estar menos soleada, conserva más humedad y los líquenes y musgos crecen mejor. Esta afirmación está sometida a variaciones relacionadas con otras fuentes humedad y sombra, como puede ser un río, una pared de rocas o la simple orientación del valle o ladera donde nos encontremos.
La semana pasada, haciendo trabajos de jardín me fijé en los líquenes que hay en el tronco de uno de los olmos de mi jardín y me di cuenta de que cumplen la norma a la perfección.
En la foto de arriba se ve el lado norte del tronco con abundantes líquenes.
Aquí, el lado Sur con ninguno.
En el lado Este se ve alguna mancha, que llega desde el lado Norte.
Aquí, el lado Sur con ninguno.
En el lado Este se ve alguna mancha, que llega desde el lado Norte.
El lado Oeste es más sombreado que el contrario porque tiene un muro cercano y la casa de los vecinos y también es más húmedo porque a un par de metros está el estanque. Esto es lo que se ve, manchas pequeñas y dispersas.
Este es el aspecto que tienen los líquenes vistos a la lupa (la altura del fotograma equivale a un centímetro). Creo que es del género Chaenotheca, pero si me he equivocado y alguien me pone en la pista correcta, se lo agradeceré.
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